El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha estado haciendo lo suyo para competir con Vladimir Putin en la búsqueda de quedarse con el trofeo de macho alfa que domina las artes que todo varón debe tener para ser el Chuck Norris de los presidentes.
Entre las muchas tareas que deberá cumplir está el montar osos, ser experto en artes marciales, cuidar de la naturaleza, correr autos F1, ser in imán con las mujeres y un conocedor de las artes. En esta ocasión, recordamos cómo apaleó a otro senador de un partido contrario al suyo en una pelea de box.
Hace cinco años Trudeau era senador por el partido liberal, y luego de meses de tensión y enfrentamientos políticos con el senador conservador Patrick Brazeau, quien tenía su misma edad y aunque era un poco más bajo era más pesado y musculoso, decidieron enfrentarse en una pelea de box.
Aunado a la humillación de la derrota, los políticos aceptaron apostar sus cabelleras. El ganador le cortaría la cabellera al contrincante, como un trofeo y además tendría que usar un jersey de hockey con el logo del partido opuesto en el Parlamento, por una semana.
En comparación con el senador conservador, Trudeau parecía más débil que su contrincante, que tenía sendos tatuajes en los gruesos brazos y una cola de caballo. Pero finalmente, Trudeau apaleó al conservador ante la mirada de miles de televidentes. Lo recaudado por la pelea se donó a la caridad.
En ese tiempo, además Trudeau era visto como un novato en la política, así que en general, era el caballo flaco que tenía las apuestas en contra. Pero desde su entrada al ring, lenta y dramática, hasta el último golpe que le propina al conservador, su pelea lo acerca en su búsqueda por el título del Chuck Norris de los presidentes.
El primer asalto de la pelea pactada a 3 rounds como en el boxeo olímpico, tal vez se la lleva el de la cola de caballo, quien parece iniciar con mucho ímpetu y con la estrategia de querer noquear de un golpe, pero luego del segundo round, Trudeau parece haber encontrado el camino directo a la cara de su contrincante, acabándolo.
La sangre en el conservador parece despertar el instinto de Trudeau, quien termina noqueándolo en el tercer round. Aunque sus habilidades técnicas parecen dejar mucho que desear, podemos aplaudir su capacidad de recibir golpes como unos profesionales. Esta es la pelea:
Aquí está Trudeau, tomando el trofeo de guerra de su contrincante en el Parlamento: