Todo el mundo estará de acuerdo en que la política es un tema que merece toda la seriedad del mundo, pero en este caso, una reunión en un ayuntamiento de Estados Unidos se vuelve un concierto de risas ahogadas (y otras no tanto) cuando a alguien se le escapan gases muy sonoros en medio de la discusión sobre el gasto público.
Es la reunión más divertida sobre gasto arquitectónico para alumbrado que se haya visto. Un solo gas “atrompetillado” es suficiente para que el grupo de políticos y profesionistas se conviertan en alumnos de un jardín de niños; y si no fuera suficiente, lo repite, lo que causa que se suspenda la discusión: