El verano avanza y es el tiempo para disfrutar del clima y pasar un buen momento de relax. Por eso, si tienes un jacuzzi en casa solo basta que lo eches a funcionar, con la temperatura adecuada y prepares una enorme jarra de margaritas.
Eso hasta un oso lo sabe… literal.
Mark Hough, que tiene una bonita casa en Altadena, California, pensó que para un buen viernes por la tarde-noche no había nada mejor que meterse al jacuzzi con su esposa, así que preparó las margaritas, pero cuando se dirigían al sitio de pronto escuchó algunos ruidos en la cerca…
Al aproximarse, se dio cuenta de que un oso ya les había ganado el lugar así que dejó la jarra en el suelo y salió corriendo y avisando a su esposa para que entrara en la casa, así como a su perro.
Trató de “convencer” al oso de que se retirara haciendo algunos ruidos, pero el animalito se la estaba pasando tan bien que ni siquiera le hizo caso y siguió en lo suyo.
Mark comprendió que era su momento, así que lo dejó disfrutar. Después de un rato de estar en el agua, el oso salió a explorar por el jardín y, ¡oh fortuna!, se encontró con la jarra de margarita que era lo único que le faltaba para pasar una tarde perfecta.
Pero después de esta aventura, todavía faltaba algo más, así que trepó a un árbol del jardín y tomó una siesta durante una hora…
Así que ya tenía su margarita, tenía su jacuzzi, y ahora estaba listo para una siesta de una hora. Fue un viernes interesante, por decir lo menos.
¡Claro que lo fue! No cualquiera puede decir que tuvo a un oso nadando en su jacuzzi, bueno, es más: muy pocos pueden decir que tienen un jacuzzi, algunos ni siquiera pueden decir que tienen jardín… o casa.
Hay que aplaudirle a este hombre pues no se asustó y permitió que el oso se divirtiera un rato sin llamar a las autoridades para que lo sacaran, hasta que finalmente él se retiró solito. No sabemos si se fue a seguir la fiesta al jacuzzi de otro vecino.
Lo que sí es cierto es que después del buen trato recibido, es probable que cada viernes tengan a este invitado en casa.