Este hombre, seguramente por las prisas del día a día, salió de su departamento rumbo a la oficina, pero olvidó algo muy importante: su desayuno.
Esto no tendría nada de particular; bastaría con bajar del auto, regresar al departamento; tomar su desayuno; regresar al auto y emprender el viaje a la oficina. El problema es que su departamento está en un quinto piso, y con las prisas, el regresar no era una opción viable…
¿Qué hacer ante tan apremiante situación? Fácil: abrir la ventanilla en el techo del auto y confiar en la buena puntería de su esposa, quien desde el balcón del departamento le arroja el sándwich que dejó olvidado en la cocina…
Para fortuna de este tipo, parece que la mujer tiene experiencia en este tipo de lanzamientos, pues lo logró de manera perfecta. Veamos:
¡Increíble! ¡Se alcanza a apreciar que el paquete del desayuno cae incluso en el asiento del copiloto!
Se dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer… pero en ocasiones no están detrás, sino arriba…