Al morir su padre, este joven entendió que ahora él era el hombre de la casa e hizo lo posible por ayudar a que su madre tuviera el dinero suficiente para una operación médica que ella necesitaba.
Cuando la mujer que nos dio la vida no puede sola, los hijos tratamos de apoyarla con lo que podamos y Mateo Nemer Pérez, de solo 12 años, ofreció lo que tenía: sus dibujos. Este chico de la ciudad de Santa Cruz, Bolivia pidió la ayuda de la gente y las personas no tardaron en ofrecer su solidaridad a este varoncito alfa.
La señora Edith Pérez es la mamá de Mateo y desde hace seis años tiene una prótesis en la cadera. Por desgracia, este aparato le ha traído mayores complicaciones con el paso del tiempo, por lo que necesita una cadera nueva para poder moverse y ser el soporte de su familia.
El padre de Matero falleció y en su casa solamente podían ayudar tanto su abuela como una de sus tías. Así que él pidió ayuda a los usuarios de Internet a través de un video emotivo en el que mostraba sus dibujos hechos a lápiz y los ofrecía a un precio de 1.4 dólares para lograr reunir el dinero que su mamá necesitaba.
Aunque Edith sí tiene seguro médico, esta operación no podía ser cubierta en su plan de salud, pues tiene un costo de 7,000 dólares. Ya habían agotado todas las opciones y por eso Mateo hizo lo posible por ayudarla.
Él mostró sus dibujos enmarcados con cartulina, así como papel iris y al borde del llanto suplicó que lo ayudaran. Dijo que su cumpleaños se acercaba y que no quería pasarlo sin su madre.
El video se hizo viral, conmovió el corazón de personas de países como Bolivia, México, Estados Unidos y hasta naciones europeas. Desde estos lugares, la gente hizo donaciones y le compraron sus dibujos.
En cuestión de tres días Mateo logró reunir el dinero que le hacía falta a su mamá y espera que pronto sea operada en el Hospital Municipal de San Juan de Dios en Santa Cruz. Eso es lo que un hombre hace por su familia.
Estoy muy agradecida con Dios y la gente que me apoyó. Ahora que tengo el dinero me siento nerviosa, pero afortunada de lograrlo. Tengo las manos puestas en Dios, espero recuperarme para poder trabajar y apoyar a mi hijo.
– Edith Pérez
Ahora esta familia sonríe nuevamente y él está agradecido con todos por su gran ayuda. Su madre —y todos nosotros— está más que orgullosa. Mateo es un ejemplo a seguir, por lo que nos ponemos de pie para darle una ovación y de paso enjugarnos las lágrimas de macho que nos provoca su bondad.