Comprar ropa en los tianguis es una necesidad, una forma de vida y un deporte, pues estos son el lugar perfecto para ir a pensar cosas, pero también es donde los compradores sacan su lado más salvaje al destripar las pacas como león devorando a la presa. Eso sí, no hay que despreciar la paca porque uno puede encontrarse una que otra joyita enterrada entre prendas “comunes”.
Esta práctica, socorrida por las personas que quieren ahorrarse algo de dinero y evitar ir a las tiendas con precios alzados, cada vez es más popular. Es común ver a personas iniciándose en el arte de la compra de “las pulgas”. Sin embargo, su amplia difusión ha provocado que las prendas que antes estaban a precios bajos cada vez se encarezcan. Aquellas prendas viejas (ahora vintage) que antes eran relegadas, ahora son las preferidas para los looks aesthetic.
Mariana Diaz, una joven tiktoker, demostró su método para ir al tianguis de la Lagunilla, en la Ciudad de México. Antes de salir de casa, se preparó un outfit que la ayudaría a integrarse con el ambiente de barrio. Pudiera parecer innecesario, pero en el mundo del “pásele, güerita, ¿qué va a llevar?”, cada movimiento pude asegurar el éxito en el ahorro o una venta a sobreprecio. Antes de adentrarse en los puestos, Mariana llegó a la colonia Condesa a comprar un café.
Cinturones, accesorios, aretes y abrigos fueron los productos que formaron parte de la cacería. Al final del día, y después de probarse algunas prendas en el tianguis, Mariana regresó a casa a mostrar sus compras: algunos aretes, un brazalete, así como un bolso de latón. Además, dijo que vio algunos productos supuestamente de marca, que, en realidad, eran imitaciones que los vendedores aseguraban que eran originales.
El video publicado en su cuenta de TikTok (@marianadiazp_) tiene más de un millón de reproducciones, al cierre de edición. Sin embargo, en los comentarios han acusado a Mariana de “gentrificar” la Lagunilla. De la misma manera indicaron que las personas con un poder adquisitivo mayor que comparan en ahí generaban que todo se encareciera, dificultando el acceso a productos a personas que se surten en este tipo de lugares.
‘Gracias, ahora no voy a encontrar ni madres a 50 pesos’; ‘Mi pregunta es ¿por qué carajo gente con dinero anda en esos lugares?’; ‘Mi ropa de paca ya me estaba saliendo cara gracias a este rollo’; “Ahora todo cuesta como si fuera centro comercial’; ‘Y la que gentrifique’; ‘¿Por qué tienen que arruinar todo lo que yo quiero’; ‘ No entiendo a la gente que se enoja. Digo, comprar [en] bazares, mercados y segunda mano no es algo de clases sociales’.
—Comentarios en el video