Marcelo Siquiera dedicó su vida laboral a la docencia en su natal Brasil, y ahora que está jubilado, las carencias económicas lo orillaron a vender su querido Volkswagen, que compró desde hace 50 años y ha mantenido en perfectas condiciones. Seguramente algo hizo bien en sus clases, ya que sus exalumnos se juntaron para reunir dinero y que no tuviera que separarse de su querido automóvil. Una historia conmovedora.
Marcelo tiene 87 años, de los cuales se pasó 26 dando las clases de Historia y Geografía en la escuela estatal Doña Carola de Curitiba, y tanto en el centro escolar como en su vecindario era conocido por el buen estado en el que mantiene su “escarabajo”, que compró desde 1972. Desafortunadamente, lo que recibe como maestro jubilado no es suficiente para cubrir algunos gastos.
Cuando Claudio Martins, exalumno de Marcelo, se enteró que su maestro estaba vendiendo su coche, recordó las pláticas y consejos que el profesor le dio a él y a sus compañeros, lo que considera como esencial para haber tenido un mejor futuro, así que sintió que tenía que hacer algo para ayudarlo.
Se puso en contacto con sus excompañeros y a través de un grupo de WhatsApp, se organizaron. Con los donativos de todos lograron reunir la cantidad que Marcelo estaba pidiendo por su vehículo, aunque no solamente le entregaron el dinero, sino que organizaron toda una escena, con cámara y toda la cosa para darle la sorpresa a su querido profesor.
Cuando llegaron las cámaras, le hicieron creer a Marcelo que daría una “vuelta de despedida” en su automóvil, pero al alejarse, los exalumnos salieron de su escondite y se acercaron, ya que el hijo de Marcelo, quien iba conduciendo, fingió que se le había apagado. En ese momento le dijeron que no se preocupara, pues reunieron el dinero y ya no era necesario deshacerse de su coche.
https://youtu.be/YQOz8ZW4Yf4
Al final, la broma les salió cierta porque el auto ya no quiso arrancar, pero eso no significó problema alguno, ya que los exalumnos se unieron para empujarlo. Además, lo arreglarán y darán una remodelada para que quede todavía mejor. Sin duda, cuando obramos bien, tarde o temprano llega la recompensa por nuestros buenos actos.