Si ponemos en una báscula a los 6 integrantes de la banda de heavy metal Compressorhead, nos da como resultado poco más de 2,500 kilos, lo que los convierte en los más “pesados” del mundo, y llegan desde Alemania con su música para conquistar a todos.
Se trata de un grupo de robots hechos con material reciclado, obra de Frank Barnes, un artista británico quien desde los 17 años se aficionó a construir robots y ahora ha ido más allá, al programarlos para que interpreten canciones icónicas de ese género.
Barnes se estableció en Alemania desde hace varios años y recuerda que su primer robot fue uno que tocaba el tambor; ahora lo ha mejorado hasta convertirlo en Stickboy (chico de las baquetas), que es el baterista de la banda.
Este músico mecanizado tiene 4 brazos y acompaña a dos guitarristas, un bajista, el vocalista y un pequeño robot que sirve como apoyo, sobre todo en la batería, en un proyecto que parece fácil, pero que pasó de ser un ejercicio de reciclaje a una verdadera hazaña. Barnes comentó:
No te puedo decir cuánto dinero he invertido en esto. Pero han sido años y años de dedicación. Solo la construcción del robot vocalista, la más reciente, ha implicado desembolsar 7,000 euros.
El inicio fue como el de cualquier banda: tocando covers. Entre esos temas de antaño, destacan canciones de Black Sabbath y Motorhead, y también incluyeron algunas de Nirvana.
Hace un par de años empezamos como cualquier otra banda, haciendo covers. Eso nos permitía hacer tocar a los robots y observar si tocaban bien o no. Cuando la canción sonaba bien, entonces ya supimos cómo crear nuestras propias canciones.
Luego de presentarse en cuanta feria de ciencia y tecnología fueron invitados, parece que ahora buscan nuevos retos, por ello grabaron su primer disco: Party Machine. Para ello, Barnes se puso en contacto con Jon Wright, baterista de la banda No Means No.
Esa es mi banda favorita. Escribí a John y le pregunté si quería escribir música para nosotros. Se animó y seis meses después estaba en Berlín, en el salón de mi casa, para empezar a escribir canciones.
En su equipo hay otras 2 personas que le ayudan a programar los robots para que interpreten las canciones y lo apoyan también en las presentaciones, y es que, manifestó, no se trata de suplir a los humanos:
La idea de hacer robots que hicieran música no tiene nada que ver con que los robots remplacen a los humanos; los humanos son geniales también. Esto lo hacemos para nuestra propia satisfacción. Es que es muy divertido hacer robots que toquen música.
El tener este tipo de robots puede ayudar en algunas circunstancias, y recordó:
En una ocasión nos invitaron a tocar en un espectáculo de moda, en Milán. Nos dijeron que tenían una cantante y que teníamos que tocar con ella. Cuando vimos que la cantante era Courtney Love, nos dijimos que nos pagarían caro, así que fuimos.
Claro, también hay momentos en que tienen que hacer ajustes a los robots, apretar algún tornillo por aquí y por allá, programar mejor sus movimientos, entre otras cosas, pero pueden ser un buen complemento para aquellos que no han encontrado su banda perfecta.
Los pueden contratar como hizo Courtney Love, lo que al principio será extraño, pero según vemos, tocan bastante bien.