¿Quién habla más sobre la tolerancia y el respeto que Plaza Sésamo? Pues debido a los problemas por discriminación en los que últimamente se ha metido el parque temático del famoso show infantil educativo, Sesame Place, podría ser que nuestra apreciación de la franquicia esté equivocada.
En una serie de recientes videos que se han vuelto virales en redes, trabajadores del parque Sesame Place en Filadelfia han mostrado actitudes discriminatorias hacia niños de color, a quienes ignoran y ningunean. Ahora las familias de los pequeños han demandado por 25 millones de dólares al parque por ese proceder inaceptable.
El video que lo desató todo
En el video que Jodi Brown dio a conocer en su cuenta de Instagram podemos ver cómo el personaje Rosita, interpretado por un empleado del parque que lleva una botarga, desfila saludando a los asistentes al evento.
Sin embargo, cuando la hija y la sobrina de Jodi se acercan y le piden a Rosita que choque sus puños, el monstruo peludo se niega rotundamente y se aleja, dejando a las niñas decepcionadas. El video que denunció los hechos sirvió para que otros agraviados empezaran a hablar sobre la discriminación que ocurre en el parque.
La demanda
Apenas se había vuelto viral el video que mostraba claramente la conducta racista del trabajador de Sesame Place cuando una demanda por discriminación fue presentada contra Sea World Parks & Entertainment, conglomerado que se encarga del funcionamiento del Sesame Place por parte de un padre y su hija, que sufrieron de un agravio similar.
Quinton Burns y K.B., conocidos colectivamente como los Burnses, han demandado al parque para ser compensados por daños. Al tomar en cuenta los intereses, el monto total podría superar ampliamente los 25 millones de dólares.
Principios traicionados y excusas
Nuestra marca, nuestro parque y nuestros empleados se encuentran comprometidos con la inclusividad y la igualdad en todas sus formas, y de eso se trata Sesame Place…
-Inicio del mensaje inicial frente a las denuncias de discriminación
La primera respuesta a la situación que quedó al descubierto por el video fue entre “descargo de responsabilidad” y descarado desentendimiento, pues los representantes del lugar afirmaron en un comunicado que “el trabajador que interpretaba a Rosita no vio a las niñas en su momento y se encontraba devastado por el malentendido”. Además, pidieron disculpas por el mal rato, pero aseguraron que se trataba de un malentendido. Entonces otros videos empezaron a emerger. Evidentemente, el problema era más grave que una botarga estorbosa.
¿Qué pasó, Plaza Sésamo?
En el video en el que Quinton Burns y su hija experimentan de primera mano la discriminación en Sesame Place, se evidencia que existe un patrón de discriminación que va en contra de los principios de tolerancia y respeto de Plaza Sésamo. Por su parte, los videos con evidencias de esos malos tratos siguieron surgiendo. Evidentemente, el asunto es algo recurrente.
Ya sin ningún lugar para donde hacerse, las excusas no pudieron seguir (al menos no tan descaradamente) y el parque se comprometió a “tomar acciones para mejorar las cosas”. Mientras implementan esas “medidas”, sobre las cuales no han dado detalles, resulta muy claro que los empleados del parque siguen conductas que están resultando dañinas para los pequeños visitantes y sus familias.
Una madre herida
A pesar de que Jodi Brown, quien publicó inicialmente el video de la Rosita racista, no está buscando una compensación económica, aclarando que “lo que menos quieren es demandar, pues no se trata de dinero, sino de responsabilidad”, su familia contrató al abogado B’Ivory LaMarr para investigar la conducta del trabajador que rechazó a sus pequeñas y quiere que sea sancionado.
La madre y tía de las niñas agraviadas dice que gente discriminadora como esa no debería trabajar en un parque para niños. Además, pide el despido del racista y una “disculpa sincera” de parte del parque, pues la que emitieron fue deficiente y, aparentemente, hipócrita.
Los pequeños no deberían tener que experimentar ese dolor y vergüenza de parte de alguien que debería causar júbilo.