Encender la televisión a principios de los 2000 era una experiencia de exploración, pues había programas de todo tipo y MTV era el rey para generar reality shows divertidos, repugnantes y que se atrevían a algo más. Tal es es el caso de Jackass, que trascendió con los años hasta ver a señores cuarentones arriesgando su vida en la pantalla. Pero hoy vamos a hablar de uno de los shows en los que muchos quisimos estar: Pimp my ride o como lo conocimos en Latinoamérica, Enchúlame la máquina.
Ver la transformación de coches comunes en verdaderas piezas del diseño automotriz era impactante, desde el diseño de interiores, pantallas por todos lados, un sonido de envidia hasta un trabajo de pintura espectacular. Pero detrás de los autos impactantes, los propios participantes han contado lo que hay detrás de las cámaras, el tiempo de espera y cómo lo que se vio en pantalla, no fue lo que se llevaron a casa.
Presentado por el rapero Xzibit, Pimp my ride se estrenó en 2004 por MTV, con una premisa sencilla que cautivó a muchos televidentes: darle el auto de sus sueños a personas comunes. Sin embargo, algunos de ellos comentaron que las cosas no son como se ven en televisión y aprovecharon Reddit para comentar su versión de la historia, donde el programa exageraba los desperfectos de los autos, mentía sobre la vida de los participantes y quitaba algunas de las adecuaciones que habían recibido.
Justin Dearinger, quien apareció en la sexta temporada, dijo al Huffington Post que quitaron un “artilugio de champán emergente” y un autocine de su coche después de instalarlo. Sin embargo, ese tipo de props no se podían quedar en las máquinas si querían que estas se condujeran en la calle. Obviamente no se podía tener un dispensador de bebidas alcohólicas en un coche y las pantallas fueron retiradas porque no eran seguras para circular en la calle.
Por otra parte, Seth Marino, también de la sexta temporada, expresó que en su coche colocaron un brazo robótico que aunque se veía genial, era controlado por un tipo que insertaba los comandos desde una computadora para que luciera en la cámara, pero que al final era un “montón de cables colgando”. Además, las pantallas que le pusieron no volvieron a funcionar después de la filmación.
De la misma manera, las luces LED que se colocaron en los asientos no fueron una opción para conducir con ellas, pues “se calentaban mucho”. Además, las puertas con ala de gaviota tuvieron que decir adiós, ya que los pistones que las levantaban evitaban el funcionamiento de los cinturones de seguridad en los asientos traseros, por lo que se tuvieron que descartar. Aun así, el auto aumentó de peso y la suspensión no recibió una mejora, por lo que era como “si estuviera en un bote”. Al final, Seth tuvo que poner su propio dinero para arreglar el motor.
Pudiera parecer que las modificaciones en los autos se hacían en un fin de semana o una semana entera, pero los trabajos tardaron meses, pues tunear un coche de ese calibre no es nada sencillo. Larry Hochberg, el coproductor ejecutivo, dijo que al programa llegaron autos con graves problemas en la carrocería y la mecánica e hicieron grandes hazañas para poder dar el mejor resultado, pero “no es exacto decir que no trabajamos en la mecánica de los autos”.
Algunos de los autos estaban tan viejos y oxidados que tenían problemas mecánicos sin importar cuánto trabajo les pusieras [y] el equipo de producción y los talleres de autos trabajaron duro para obtener piezas para estos coches.
No es justificación, pero, literalmente, el programa trataba de tunear los coches a extraños, por lo que es normal que se topara con estas situaciones a menudo. Tanto que para la restauración de uno de los autos, parte del equipo tuvo que viajar a un deshuesadero en el desierto de Arizona para conseguir el reemplazo de un capó.
Después del programa, Justin se unió a un club de autos e invirtió en su coche más de 20 000 dólares. Pero el auto se veía tan sospechoso y lujoso que la policía lo detenía a diario. Sin embargo, no pasaba a mayores después de explicarles que había estado en Pimp my ride. Aunque el verdadero problema fue cuando, de la nada, mientras conducía, el auto comenzó a sacar humo. Justin salió del coche y a los pocos segundos comenzó a incendiarse, quedando inservible.
Las reacciones
Ver que tu coche se convirtió en un superauto es impactante y al ver a los participantes en pantalla, sabes que están emocionados por el resultado. Sin embargo, una vez más, no todo lo que brilla es oro, pues las reacciones en muchas ocasiones no fueron orgánicas. Justin explicó que terminó haciendo múltiples tomas de la “primera vista” de su auto. El director le decía “sé más enérgico y salta y grita”.
Jake Glazier, participante de la cuarta temporada, sí quedó impactado y su reacción fue un shock silencioso y solo dijo “esto es bueno”. Pero al no haber una respuesta “comercial”, el director indicó corte y gritó “¡rehacer!”. Fue ahí donde la vibra comenzó a cambiar, pues Big Dan, quien era parte de la producción, se acercó a Glazier para “charlar”.
Recuerdo esto muy claramente, Big Dan, un tipo muy grande, me pasa el brazo por los hombros, me pasea por la tienda durante unos 10 minutos y me dice: ‘Escucha, pusimos mucho trabajo en esto, esperamos que seas un poco más entusiasta’.
Jake vendió su coche por 18 000 dólares, una verdadera ganancia, pues había comprado el auto por solo 500 dólares. MTX, la compañía de audio que produjo el sistema del coche, fue quien lo compró. En realidad querían recuperar su sistema de sonido para evitar que cayera en las manos de sus competidores. Una buena estrategia, pero hay que considerar que tenía un sonido realmente potente para el valor por el que fue readquirido.
Exageran las historias
Glazer le dijo a la producción que su abuela fumaba en el coche, pero el programa tomó el dato y lo llevó a otro nivel, añadiendo “unas cuantas docenas adicionales de colillas de cigarrillos”. Eso no fue algo bueno para él ni para su abuela. Pero Seth Martino tal vez fue el que se vio más afectado de los tres, pues la producción lo hizo lucir “más gordo”.
Martino cuenta que en la cajuela de su auto colocaron una máquina de algodón de azúcar. Sin embargo, al presentar su historia, llenaron los asientos de caramelos dando a entender a los espectadores que tenía dulces en el piso “por si acaso le diera hambre”. En su momento no hizo nada, le pareció gracioso, pero fue un detalle totalmente inventado para la historia.
Sé que es un poco malo, pero creo que solo querían poner una máquina de algodón de azúcar en un automóvil y usaron al gordo como la oportunidad para hacerlo.
Como en todos los reality shows, hay una parte verdadera pero un control grande por parte de la producción. Al final, se trata de un programa que lo ven millones de personas y no deja de ser negocio. ¿Pero se imaginaban que estuviera tan controlado? Como dato final, ¿sabías que las casas en donde los participantes recibían la noticia de que su coche iba a ser chuleado también eran rentadas por la producción?