El propósito de la tecnología es hacer que la vida sea más sencilla y placentera, y un grupo de genios argentinos por fin creó la máquina que todos los varones del mundo queremos.
Marcos Condomí, Nicolás Kolliker y Santiago Schmidt, con la ayuda de Luciano Cismondi y Pablo Di Lorenzo, se pusieron manos a la obra para construir un dispositivo que enfría latas de cerveza ¡en solo 30 segundos! Adiós para siempre a las cervezas tibias y a tener que esperar a que estén bien heladas para disfrutarlas.
La máquina que crearon es una especie de microondas que en lugar de calentar enfría, y emplea inteligencia artificial combinada con modelos matemáticos para tener mayor precisión al momento de bajar la temperatura de una lata. De 25 grados puede disminuir hasta 3 grados en medio minuto. Schmidt y sus amigos están más que orgullosos por su logro.
La máquina enfría latas de 350 ml en 30 segundos, todo un hito. Si bien en la actualidad existen equipos que llevan adelante estos procesos de refrigeración, tardan 8 minutos en enfriar una botella de vidrio y con ciertas limitaciones, ya que no puedes poner una botella atrás de la otra.
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Este invento que todos necesitamos comenzó como un proyecto escolar cuando Marcos, Nicolás y Santiago cursaban la carrera de Administración de Empresas del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina. En una de sus materias les pidieron proponer un producto que fuera innovador.
Estos amigos pensaron en una máquina que enfriara bebidas en el menor tiempo posible; los profesores de la Universidad vieron que el proyecto tenía potencial y los animaron para hacerlo realidad. Fue entonces cuando contactaron a Luciano y Pablo, los ingenieros que se encargaron de los aspectos técnicos de este enfriador.
Después de que el primer prototipo fue un éxito, este grupo de amigos tardó cinco años en crear una nueva versión más sofisticada y atractiva, llamada Chill It (Enfríalo), que podría ser comercializada. Según Pablo, su invento tiene muchas ventajas y sería genial que hubiera uno en bares, restaurantes y plazas comerciales.
Un Chill It en un kiosco por ejemplo. El equipo recopila en tiempo real todas las características de la bebida, en particular en cuatro aspectos fundamentales para las empresas que las comercializan: temperatura de ingreso, egreso, tipo de bebida, y en qué momento la está consumiendo. Nuestra máquina hoy tiene una variación de +/- 1 grado. Metes una lata al aparato y puede salir entre 2 y 4 grados.
Sin duda que el desarrollo de la tecnología sigue su curso y cada día tenemos nuevos inventos que resuelven los problemas cotidianos que todos tenemos, como no poder disfrutar de una cerveza bien helada.
Estos argentinos se merecen un aplauso por su genialidad, y por supuesto esperamos que pronto Chill It llegue a todos los rincones del mundo donde haya un varón que necesita enfriar su bebida.