Cada quien gasta su tiempo y energía en lo que mejor le parezca y uno de los objetivos en la vida es pasar a la posteridad a través de una gran obra. Sin embargo, para algunos, es más importante que lo que permanezca sea lo que más les gusta en la vida, como el sabor de los Cheetos, y buscan garantizar que las próximas generaciones no se pierdan de eso.
Es algo extraño, pero un hombre en Seattle, Washington, Estados Unidos, se fijó como objetivo preservar una bolsa de su botana favorita para que después de siglos, alguien la encuentre y pueda disfrutarla. No fue fácil, pues construyó una especie de sarcófago de varias toneladas. Además, lo enterró en el bosque. Mucho trabajo y esfuerzo y, al parecer, también mucho tiempo libre…
El hombre colocó la bolsa de Cheetos en resina y luego adentro de un contenedor de concreto, de más de una tonelada de peso, algo que parece un poco exagerado, pero este tipo quería estar seguro de que nada le pasará a esa preciada bolsa. De acuerdo a este sujeto, esto lo hace en sus ratos libres, como una forma de crear “arte de memes”.
Solo hago estos proyectos de arte de memes como un pasatiempo secundario divertido en este momento. Mi trabajo diario es trabajar como animador. Cuando no estoy trabajando de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., generalmente estoy en mi estudio de arte.
Además del enorme trabajo para crear el contenedor, se hizo un gran esfuerzo para sepultarlo, para lo que tuvo que recurrir al apoyo de una máquina excavadora y, claro, conseguir el permiso de los dueños de la propiedad para que le permitieran dejar ahí su obra. No cabe duda de que hay pasatiempos muy costosos.
La forma en que encontré la tierra fue publicando en mi Instagram: ‘¿Alguien posee tierras en el PNW (noroeste del Pacífico) que estarían dispuestas a dejarme enterrar algo en su propiedad? (no es un cadáver)’ y una pareja muy agradable respondió diciendo que les encantaría ser parte del proyecto.
https://youtu.be/6eloASYitUE
En la tapa colocó la receta de los Cheetos Flamin’ Hot para que futuras generaciones puedan recrear este sabor y al abrir el contenedor, se encuentren con una bolsa original de este producto. La pregunta es: ¿Qué pensarán de nosotros esas próximas generaciones cuando vean este sarcófago?