Las condiciones escolares son diferentes para todos. Algunos tienen la ventaja de contar con recursos económicos que les pueden abrir las puertas a grandes instituciones, mientras que otros requieren hacer un esfuerzo más grande para cumplir su sueño de superación académica y convertirse en profesionistas.
El camino para Isabela Melo no fue el más fácil. Afortunadamente, logró hacer realidad su sueño y se graduó de la carrera de Marketing en São Paulo, Brasil. Sin embargo, conseguir el título significó mucho esfuerzo para ella y su padre, Marco Antonio Oliveira, quien trabaja como camionero, por lo que ella reconoció toda la dedicación de su papá con un diploma especial.
Cuando Isa era niña, no recibió regalos caros. Su padre hacía lo posible para sacar a la familia adelante y que tuvieran la mejor educación. Cuando terminó sus estudios secundarios, la joven empezó su curso en Publicidad y Propaganda dentro de la universidad que siempre soñó.
Para continuar con sus estudios, don Marcos sacrificó una parte de su patrimonio: vendió su auto y pidió algunos préstamos para que su hija pudiera cumplir con su meta académica. Pero cuando ya tenía de dónde presentar más dinero, Isa tuvo que abandonar la universidad y buscar un trabajo.
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Ella contó a Razões para Acreditar que su padre sufrió humillaciones y que hasta llegaron a decirle que si no podía tener a su hija en esa escuela, entonces que se la llevara. Pero ni Isa ni su padre abandonaron el objetivo de concretar los estudios de la chica. Ella se matriculó en otra universidad en la carrera de Marketing, ya que la escuela quedaba cerca de su trabajo y se aventuró a tener ambas responsabilidades a la vez.
No sabía cuál sería mi condición financiera al día siguiente. Pero sabía que tendría a alguien de mi lado y que pelearían conmigo. Mi padre me dio mucha seguridad no solo durante la universidad, sino durante toda mi vida.
—Isabela Melo
Toda la dedicación y el esfuerzo dieron frutos; Isa se graduó de la carrera e hizo un acto especial para conmemorar su logro. Con sede en las oficinas de su trabajo, Fetebras, una empresa que apoya a camioneros como su padre, la ahora profesionista citó a su papá para darle una sorpresa. La chica agradeció a su padre por el apoyo brindado y, como muestra, le entregó un diploma personalizado.
La conexión entre lo que hago, mi título y mi padre es una locura. Todo esto va muy bien. Por eso trabajo todos los días para que cada vez más camioneros hagan realidad sus sueños y los de sus hijos.