Tal vez Halloween sea una celebración gringa, pero se ha adaptado para festejarse alrededor del mundo; los niños salen a las calles disfrazados a pedir dulces y se hacen fiestas temáticas.
Para algunos, lo mejor de estas fechas es poder ver películas de miedo o, si son más aventureros, ir a una casa del terror donde, generalmente, pagas para que te asusten.
Esta vez no es el caso, ya que existe una casa extremadamente terrorífica en la cual, si llegas al final, se te da una compensación económica de lo tenebrosa que es la experiencia.
El lugar se llama McKamey Manor, y hay distintas locaciones, una de ellas en Nashville, Tennessee y la otra en Huntsville Alabama. La cosa es que esta casa embrujada es una experiencia inmersiva bastante intensa, tan así que debes cumplir con ciertos requisitos, como ser mayor de edad, hacerte un examen médico y certificar que estás en condiciones de salud adecuadas para poder entrar, firmar un acuerdo de 40 páginas, contar con seguro médico y pasar una prueba antidoping el mismo día que entrarás a la casa.
Antes de entrar, además, el equipo te hace ver un video de dos horas en el que se muestra a las personas que han entrado a la casa, de manera que estés completamente seguro de querer vivir la experiencia.
La casa, según algunos de los asistentes, es más bien una cámara de tortura, pues estarás expuesto a una serie de pruebas completamente horrendas que tendrás que ir superando hasta llegar al final, todo mientras eres grabado, pues la casa tiene su propio canal de Youtube y ha sido mencionada en varios programas de Netflix, como Dark Tourist y Hauters: The Art of Scare.
La cosa es que, si logras durar las 10 horas que dura la aventura, pasas las asquerosas y terroríficas pruebas, y llegas al final, tu valentía será premiada con nada más, y nada menos que, 20 mil dólares.
Lo mejor es que no tienes que pagar para que te asusten, solo tienes que llevar una bolsa de croquetas para perros
La casa, fundada por Russ McKamey, costó más de 20 millones de pesos y está inspirada en películas de terror clásicas. Él la define como un juego mental en el que busca llevar al extremo la experiencia de los participantes.
Y vaya que es diferente, pues en muchas casas del terror los actores no pueden tocarte, pero en este lugar es permitido, así que es aún más horrible solo por eso.
¿Se atreverían a entrar a McKamey Manor?