Los niños se dejan llevar por sus emociones sin importar nada más, por eso los podemos escuchar reír a carcajadas, llorar como si se fueran a quedar sin lágrimas o hacer un berrinche que dure horas porque no les compraron un juguete. Esto es natural porque están conociendo el mundo y todavía no tienen límites, así que lo mejor es que los mantengas bien vigilados antes de que suceda alguna desgracia.
En China, un pequeñito que estaba viendo la televisión se emocionó tanto cuando un superhéroe peleaba con un monstruo que quiso echarle una mano, así que tomó algunos de sus juguetes y comenzó a lanzarlos a la televisión. Algunas veces los padres dejan a sus hijos solos para que se entretengan viendo alguna película o serie animada, pero, como verás a continuación, esto puede ser un grave error.
Tal vez los padres de este pequeño pensaron que estaría tranquilo viendo la televisión, pero no contaban con que se iba a emocionar tanto con la historia que estaba viendo que creyó que lanzando objetos a la pantalla le ayudaría al héroe a acabar con los villanos. Demostró la ingenuidad propia de un niño y también que está del lado de los buenos, aunque también es un buen ejemplo de que los padres no deben quitarle los ojos de encima.
En el interior de la casa, los padres tienen cámaras y de esa manera se captaron estas imágenes. Desde el primer golpe con un juguete se ve que la televisión sufrió daños, pero el pequeño fue todavía por más y atacó de nueva cuenta para terminar con el villano, mientras que los padres siguen brillando por su ausencia en toda esta “secuencia de acción” de su hijo, quien parece no tener más de dos años.
En redes sociales, el video se hizo viral, aunque tuvo opiniones divididas. Por un lado, a unos les pareció muy gracioso lo sucedido, al ver lo ingenuos e inocentes que son los niños. Por otra parte, están los que criticaron que dejen solo a un niño tan pequeño porque esto puede ser un riesgo enorme, pues tal vez se le pudo caer la televisión encima o provocar un corto circuito o hasta un incendio. Con los niños no se sabe, así que lo repetimos: lo mejor es mantenerlos vigilados.