En noviembre de 2020, dos amigas se encontraban en las playas de Avila Beach, en San Luis Obispo, California, navegando en su kayak. El plan de las mujeres era separarse un poco de la costa para poder ver a unos pocos metros cómo las ballenas jorobadas se alimentan con los peces. Ellas veían cómo las ballenas surgían a su costado dando un gran espectáculo, pero jamás se imaginaron terminar en la boca de una de ellas.
Julie McSorley y su amiga Liz Corrtiel nunca olvidarán cuando fueron succionadas por una ballena para poco después ser escupidas. Mientras esperaban ver cómo se alimentaban estos mamíferos marinos, vieron cómo un cúmulo de peces se movían alrededor de ellas; sabían que las ballenas estaban cerca, aunque no sabían cuánto.
De pronto, una ballena surgió justo debajo de ellas y, en cuestión de segundos, las levantó en su boca junto con su kayak y terminaron presas en las fauces del animal. Todo ocurrió tan rápido que no sabían lo que estaba pasando. Observaron cómo la boca del animal se cerraba y después todo era oscuridad y agua. No sabía si se las habían tragado o estaban debajo de la ballena.
No fue hasta que escucharon las voces de otras personas que supieron que estaban a salvo. Otro de los visitantes de la playa se encontraba grabando y tomando fotografías cuando inesperadamente pudo captar cómo las dos kayakistas fueron devoradas por el gran animal. Su reacción fue de absoluta sorpresa.
Una experiencia que no olvidarán
Julie contó a CBC que ese día, su amiga Liz no estaba tan segura de ir al mar, ya que no le gustaba la idea de conocer lo que había debajo de ella en la inmensidad del agua. Sin embargo, Julie logró convencerla de vivir la experiencia de ver a las ballenas montadas sobre su kayak, una actividad que realizan muchos turistas y californianos.
Su reacción fue: ‘No, no me gusta el océano. Me asustan los tiburones. Me asusta todo lo que no puedo ver en el agua’. Y yo, ignorantemente, le dije: ‘Oh, nunca te van a dejar. Los kayaks son muy estables. Nunca he tenido un problema’.
—Julie McSorley
No tuvo que pasar mucho tiempo para que, en medio del agua, solo sintieran que se elevaban y unas grandes fauces se cerraran frente a ellas. Liz narró que al ver que la gran boca se cerraba, ella intentó detenerla con sus manos. Evidentemente no pudo hacerlo y todo se convirtió en una húmeda oscuridad.
Estoy pensando para mí misma, ‘Voy a empujar. Como, voy a empujar a una ballena fuera del camino. Fue el pensamiento más extraño. Estoy pensando, ‘Estoy muerta. Yo estoy muerta’.
— Liz Cottriel, para ‘Fox News’
Las dos mujeres tuvieron suerte, pues las ballenas jorobadas tienen una garganta estrecha y no cuentan con dientes, por lo que no sufrieron una mordedura. Pero tienen suerte de haber salido ilesas después de que un animal que puede pesar hasta 30 toneladas las engullera. Las mujeres ahora recuerdan su experiencia, ya que se dieron cuenta de lo que en verdad pasó hasta que vieron el video.
Definitivamente navegaré en kayak en el océano junto a delfines, nutrias, focas y todos los demás. Pero creo que las ballenas necesitan su espacio.