Puedo apostar que la mayoría de nosotros, cuando éramos niños, queríamos estar llenos de tatuajes. Algunos, incluso, nos pintábamos los brazos o comprábamos tatuajes temporales. Ya de grandes la decisión se convirtió en algo más sencillo: permanente o temporal.
Pero aún así recuerdo que, ya fuera de henna o transfer, nos gustaba presumirles a nuestros amigos el diseño en nuestros brazos; sin embargo nada comparado a los tatuajes temporales de estos chicos de Nueva Zelanda, que ahora son más realistas y han provocado bastante controversia, pues son muy populares.
Todos son obra de Benjamin Lloyd, un neozelandés quien, de hecho, es artista aerógrafo y recientemente enfocó su atención en hacerles tatuajes a adultos y niños.
Sí, leyó usted bien, Lloyd descubrió que las reacciones de los niños ante su obra eran fantásticas, y hacia que todo su trabajo valiera la pena; además, los tatuajes son temporales, fáciles de lavar y los padres están contentos con ello.
Pero existe una razón más profunda y personal por la cual Benjamin hace este trabajo: él inició haciéndole tatuajes a su pequeño hijastro, quien desafortunadamente murió hace un par de años; él pequeño tenía sólo 7 años.
Usando pigmentos negros a base de agua, sus diseños no sólo lucen artísticos, parecen tatuajes reales… de esta forma, él cree que sus tatuajes están ayudando a reforzar la confianza de los pequeños que reciben algún tratamiento o están de paso en los hospitales que él visita.
Benjamin dice que parte de esto lo hace porque recuerda que su infancia fue pesada, ya que sus compañeros lo molestaban por tener una gran cicatriz que tenía en su mano por una quemadura que sufrió:
“Me molestaban cada día en la escuela, así que yo mismo dibujaba algo sobre la cicatriz. Practiqué mucho, mejoraba cada vez, eventualmente los chicos me buscaban para que los pintara y les cobraba tarjetas deportivas, o canicas”.
“Ahora lo hago por estos chicos, quienes se asombran con el resultado final, pues en cuanto se ven el tatuaje su confianza crece”, dijo Benjamín, quien añadió que cada tatuaje le toma, aproximadamente, 10 minutos en completarse.
Loyd ha subido parte de sus obras a redes sociales, donde ha recibido un montón de atención por parte de miles de usuarios que piensan que su arte es inspirador, pues los niños se ven felices, y aplauden la preocupación de Lloyd por los chicos enfermos.
Sin duda, Benjamin Lloyd es una gran persona, y su arte es maravilloso. Si te interesa conocer más de su obra puedes darle un vistazo a su Facebook e Instagram.