¿Te dio risa viendo cómo sería tu cara de viejito? Pues tal vez ese momento de diversión haya puesto en riesgo tu información personal.
En estos días se ha vuelto muy popular la FaceApp que cambia tu cara para hacer que se vea como la de un anciano, agregándole arrugas y cabellos blancos. A todos nos hizo gracia ver cómo sería nuestro rostro dentro de unos años, pero lo que pocos saben es que tal vez la aplicación usó más información de la que pensábamos.
Al emplear el filtro se da autorización a la Política de Privacidad de la aplicación, que fue creada por la empresa Wireless Lab. Los términos no han cambiado desde el 2017 y, sean honestos, casi nadie -por no decir nadie- los lee.
En ellos se establece que la aplicación recolecta datos del usuario, en este caso fotos y videos, pero también registros de navegación como cookies e identificadores de los dispositivos. Esto lo hacen para diseñar publicidad personalizada.
En esos términos se dice que la información no será compartida ni vendida a terceros y que los únicos que tienen acceso a ella son Wireless Lab y sus asociados. Pero ahí está el detalle: no aclaran qué otras compañías están afiliadas a la empresa que desarrolló la aplicación.
Según FaceApp, los datos recopilados pueden ser procesados tanto en Estados Unidos como en otros países en los que la empresa y sus afiliadas tengan instalaciones. En este caso, Wireless Lab tiene su sede en Rusia, así que legalmente pueden usar tu información hasta en ese lejano país.
Aunque en Estados Unidos estén cuidando el tema de la seguridad informática, en otros países las reglas son distintas y compartir los datos de los usuarios es algo permitido.
La empresa de Mark Zuckerberg enfrenta una sanción multimillonaria por hacer mal uso de nuestros datos, pero al parecer las compañías extranjeras que crean sus aplicaciones siguen recopilando mucha información de los usuarios, sin que nos demos cuenta.