El reciclaje es un tema que nos debería importar a todos, pues de ello depende que formemos una sociedad sustentable que aproveche correctamente los recursos del planeta, en especial debido a la crisis ambiental por la que estamos pasando. Suecia es uno de los países que se destacan en cuanto a esta actividad, ya que sus estrictas políticas de separación de basura han llevado a una importante reducción de residuos domésticos que llegan a los basureros.
Una de sus tácticas son los sistemas de vacío en bloques residenciales, lo que elimina en gran parte la necesidad de recolección. Además, desde 1980 cuentan con depósitos de latas que dan dinero cuando se reciclan, algo que se expandió al plástico desde hace más de 30 años. Pero eso no es todo, pues en cada hogar separan sus residuos y no lo consideran una “tarea ardua”, al contrario, es parte de la vida cotidiana. Incluso medios reportan que en este país “el 99 por ciento de la basura se recicla”.
De la misma manera, empresas como H&M se han unido a la lucha de convertirse en una sociedad completamente circular donde no solo se recicle, sino que también se reutilice lo ya producido. Esta empresa tiene una máquina con la que puedes cambiar tu ropa vieja por nueva a un bajo costo (entre 11.59 y 17.38 dólares). Solo tienes que dejar la prenda usada y esta será triturada para utilizar sus fibras con el fin de generar nuevos hilos y hacer ropa nueva.
Dentro de la política nacional de reciclaje, las empresas privadas dan la mayor parte de la importación de residuos para generar energía, que después se incorpora a la red nacional para el suministro de los hogares. Esto se genera a partir de la combustión de la basura, pero como cada vez hay menos, el país se ha visto en la necesidad de recurrir a otras naciones para generar nueva energía.
Esto posiciona a Suecia como un país avanzado en materia ambiental. Tal vez te preguntes si esto no es perjudicial para el medio ambiente, pues al fin y al cabo, están quemando la basura. Sin embargo, es un hecho que las plantas de tratamiento son limpias y que lo que sale de estas es 99.9 por ciento dióxido de carbono y agua no tóxicos. Sabemos que suena un poco raro decir “dióxido de carbono no tóxico” cuando nos enseñaron que este es uno de los principales contaminantes, pero tiene su explicación y enseguida te decimos cuál es.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) informa que la incineración de basura libera 1355.3 kilos de CO2 por megavatio, esto es considerable desfavorable a lo obtenido por carbón o gas natural. Pero la principal materia que se quema es papel, alimentos, madera y biomasa, que con el tiempo habría liberado el CO2 como parte natural de su ciclo del carbono. Por ello no se considera tóxico. Sin embargo, los científicos lo debaten porque estas plantas bombean CO2 de manera acelerada, cosa que de forma natural habría tardado décadas.
Si bien la incineración de basura ofrece una solución rápida para la eliminación de residuos, desincentiva a la búsqueda de nuevas estrategias para una solución sostenible a largo plazo. Enviar la basura a los vertederos no es la mejor opción, pero incinerarla solo es un desperdicio. Es a través de la educación y la regulación que se pueden apuntar a nuevas políticas de reciclaje y reutilización.
Suecia es un país que, sin duda, ha avanzado en esto. La educación de sus ciudadanos es de gran ayuda para mejorar el ambiente, no solo con la basura, sino también con la utilización de otras fuentes de energías amigables. Sin embargo, las estimaciones de ser un país que “recicla el 99 por ciento de su basura” son falsas. Incinerar no es reciclar, aunque muchas naciones deberían seguir su ejemplo de cultura social enfocada al respeto del medio ambiente.