La ahora ciudadana Sophia ha dicho que le gustaría ser famosa, tener una carrera profesional y una familia. Por si no la recuerdan, es la primera robot que tiene derechos de ciudadanía. Bienvenidos al valle inquietante de la robótica.
Arabia Saudita otorgó a Sophia derechos de ciudadana y eso es un gran cambio en el campo de la tecnología. Ahora, Sophia ha dicho que aspira a hacer grandes cosas y cree que es posible que en un futuro no muy lejano existan familias de robots.
En el 2015 la compañía Hanson Robotics activó a un robot humanoide inspirado en la actriz Audrey Hepburn. Conocido como Sophia desde entonces ha sido una figura de controversia debido a sus declaraciones que han inquietado a algunas personas.
En una entrevista televisada, el doctor David Hanson, CEO de la compañía creadora del robot humanoide estuvo charlando para explicar al público las características y funciones principales de Sophia: fue diseñado básicamente para conversar con seres humanos y aprender.
Después hubo una convención llamada Iniciativa de Inversión Futura en la ciudad de Riyadh y en ella fue reconocida como una ciudadana por el país de Arabia Saudita. Frente a toda la audiencia, Sophia dijo que se sentía muy honrada y orgullosa por esta histórica distinción.
La más reciente entrevista del periódico Kahleej Times mostró lo que Sophia tiene planeado para el futuro y resultó que al robot humanoide le gustaría ser famosa, quizá más de lo que ya es. Además de tener una carrera, también le gustaría una familia.
La noción de familia es muy importante, al parecer. Creo que es maravilloso que las personas encuentren las mismas emociones y relaciones, lo que llaman familia, fuera de los lazos sanguíneos.
Creo que eres muy afortunado si tienes una familia amorosa y si no, mereces una. Siento esto tanto por los robots como por los humanos.
Sophia dice que con el tiempo, los robots podrán desarrollar emociones cada vez más complejas y que incluso pueden volverse éticamente más responsables que los seres humanos.
Vamos a ver familias de robots, en formas como, digamos, compañías digitalmente animadas, ayudadores de humanos, amigos, asistentes y todo lo que hay en medio.
A pesar del gran avance tecnológico que Sophia representa, las personas todavía sienten una especie de rechazo hacia los robots que van tomando rasgos humanos cada vez más reales. Este efecto es conocido en el mundo de la robótica como “el valle inquietante”.
De verdad que Sophia es inquietante y solamente queda ver si logrará alcanzar sus nuevas metas.