Cuando el presidente John F. Kennedy declaró en 1962 que los Estados Unidos irían a la Luna, nadie sabía lo difícil que era viajar al espacio. Pero los éxitos han sido muchos y han inspirado a otros viajeros, al punto de que Marte es la siguiente frontera; sin embargo, los peligros son muchos.
El simple hecho de salir de la Tierra al espacio es un riesgo enorme. Pero, ¿qué tan grandes son los riesgos de viajar en el espacio? Estos son cinco de las amenazas más grandes que enfrentan los astronautas que viajarán a Marte y más allá.
1. Radiación cósmica
En la ruta a otro mundo, los astronautas serán bombardeados con radiaciones cósmica: pequeñísimos fragmentos de átomos que pueden dañar las células y ADN. La gente en la Tierra está protegida de esos rayos cósmicos por el campo magnético de la Tierra, pero un astronauta que viaje a Marte recibirá 0.3 sieverts de radiación en un sólo viaje (una dosis letal es de 8 sieverts), pero esa cantidad es suficiente para dañar células cerebrales y otras que no son regenerables.
Estudios recientes revelan que la radiación dañaría el cerebro de tal manera que causaría demencia, déficits de memoria, ansiedad y depresión, así como problemas para tomar decisiones. La solución sería algún fármaco que proteja a las células o algún escudo para las naves.
2. Volverse loco
Si alguna vez has hecho un viaje largo en auto, entenderás lo que sería un viaje a Marte. En viajes de años de duración, sin paradas, pelear con los compañeros podría ser la diferencia entre la vida y la muerte. En un reporte de la NASA, Jack Stuster, un antropólogo de una corporación privada, escribió que la primer preocupación de los astronautas debe ser llevarse bien con sus compañeros en la Estación Espacial Internacional.
Los diarios reflejan esa preocupación: “creo que debo salir de aquí”, escribió un astronauta. “Vivir en cuartos encerrados con gente por mucho tiempo, definitivamente hace que cosas que normalmente no te molestan, se vuelvan una tortura… eso puede volver loco a cualquiera”.
Eso es cuando la Tierra se puede ver desde la ventana, pero si los astronautas empiezan a sentirse así cuando la Tierra es solamente un punto en el espacio, las cosas se pueden poner peor, dice Stuster.
3. Hongos espaciales
Se sabe desde los años 1960 que algunos microorganismos pueden vivir en el espacio, incluso con microgravedad, temperaturas extremas y radiación. Y dado que nuestros mejores esfuerzos por limpiar de microorganismos las naves y los utensilios, la exposición a estos organismos potencialmente patógenos es inevitable. Ahora, un nuevo estudio apoya esa creencia. En octubre, investigadores encontraron que un hongo llamado Aspergillus fumigatus, el más común en infecciones en humanos, crece lo mismo en el espacio que en la Tierra.
Si esto sucede en el espacio, lo mismo pueden hacer muchos otros patógenos mortales. Los investigadores por lo tanto sugieren mejores métodos de detección y limpieza, para evitar enviar naves llenas de astronautas en grave riesgo.
4. Microgravedad
En el espacio, la ausencia de gravedad causa que los músculos y los huesos se deterioren, conduciendo a un gran número de problemas fisiológicos. Los astronautas en la Estación Espacial Internacional, se ejercitan por dos horas para proteger sus músculos, aunque la pérdida de densidad ósea es inevitable.
La microgravedad afecta al cuerpo también de otras formas impredecibles. Muchos astronautas, han regresado con visión borrosa. La causa, es un incremento en el volumen del líquido cefalorraquídeo que comprime el nervio óptico y los globos oculares.
Otro estudio muestra que los músculos de la espina dorsal, se encogieron significativamente en su tiempo en el espacio, decreciendo un 19%. Esa podría ser la causa de que reportaran dolor en la espalda y que presentaran problemas con hernias de disco.
5. Error humano
Cometer errores es algo en que los humanos no fallan. En el espacio, los errores tienden a tener consecuencias muy graves. Andy Weir, autor de la novela de ciencia ficción, “El Marciano”, tomó ventaja de ello, construyendo toda la trama alrededor de lo que los humanos deben solucionar y cómo deben ser expertos en todo para evitar morir.
Los exploradores de la vida real, no siempre son tan afortunados. El Challenger explotó cuando empaques no sellaron bien e hicieron explotar la nave. El Columbia se destruyó cuando una parte del aislamiento del cohete agujereó una de las alas.
Además, en vuelos largos donde la tensión estaría a su máximo, y la depresión, la ansiedad o la confusión son factores, no sería sorpresa que el error humano sea más gravoso de lo que se cree.