Lonnie George Johnson nació en 1949, estudió ingeniería y trabajó para el ejército desarrollando mucha tecnología de punta, entre ella está el bombardero Stealth; pero se volvió multimillonario inventando juguetes, de los cuales el más famoso es la pistola de agua “Super Soaker”.
Tiene en su haber más de 80 patentes de inventos, pero también ha trabajado en importantes proyectos de desarrollo en la NASA y en la fuerza aérea de los Estados Unidos. Con los millones de dólares que ganó por sus inventos fundó dos compañías de desarrollo tecnológico (Excellatron Solid State y Johnson Electro-Mechanical Systems).
Mientras trabajaba en la fuerza aérea, se daba tiempo para sus pasatiempos, así fue como inventó la pistola de agua. En 1986 obtuvo la patente del juguete que llegó a vender 200 millones de dólares en 1991.
“No me compré un yate ni nada de eso. Gasté el dinero en construir unas instalaciones científicas en las que trabajan unas 30 personas. Siempre me gustó jugar con cosas. Todo empezó con mi padre. Él me dio mi primera lección de electricidad, explicándome que se necesitan dos cables para que circule la corriente eléctrica, uno para que entren los electrones y el otro para que salgan y me enseñó cómo reparar planchas y lámparas y cosas por el estilo”.
Siempre ha sido un ingenioso inventor, que en secundaria construyó un robot que presentó en la feria de ciencias. Se llamaba Linex.
Gracias a ese invento, consiguió una beca en la fuerza aérea y una luego para estudiar matemáticas en la Universidad Tuskegee. Terminó la carrera en ingeniería mecánica y se graduó con una maestría en ingeniería nuclear.
Explica que cuando trabajaba en la fuerza aérea, fue invitado a la NASA para investigar un fallo en la Misión Galileo, la nave que fue enviada a estudiar Júpiter.
“Así que en 1982 tenía un trabajo divertido con todas esas naves espaciales en Pasadena, California, pero durante todo ese tiempo yo seguí jugando con mis propias ideas. En ese momento, estaba experimentando con un nuevo tipo de sistema de refrigeración que utiliza agua en lugar de los CFCs (clorofluorocarbonos) que destruían la capa de ozono.
“Una tarde, construí una boca de manguera y la conecté con el lavabo del baño, donde estaba haciendo algunos experimentos. Salió un potente chorro de agua a través del lavabo. ¡Y de ahí saqué la idea de lo divertida que sería una pistola de agua que fuera potente! Pero todavía tenían que pasar meses hasta que empezara a hacer algo con esa idea.”
Cuando terminó en la NASA, volvió a casa para trabajar en el proyecto del avión B-2 Stealth. Entonces se puso a fabricar partes de la pistola de agua con un torno y una fresadora pequeños, en su casa. Cuando completó la tarea, le dio la pistola a su hija Aneka para que jugara con otros niños. Ni siquiera tenían la menor oportunidad contra ella.
“Me la llevé a un picnic de las Fuerzas Aéreas un día y un oficial superior, un mayor, la vio y dijo: ‘¿Qué es eso que tienes ahí, Johnson?’ Y le dije: ‘Es mi pistola de agua, señor’. Y me contestó que tenía un aspecto muy raro. ‘¿Funciona?’, preguntó. Así que me di la vuelta y le disparé justo entre los ojos. Tras lo cual el picnic se acabó: todo el mundo empezó a lanzar vasos de agua, de cerveza.”
Para lograr vender la pistola tuvo que asociarse con una fábrica de juguetes. Luego de siete años de desarrollo, finalmente salió a la venta en 1990.
En 1989 se asoció con una pequeña empresa juguetera, Larami. Que en ese entonces hacía imitaciones de otros juguetes. A pesar de que el presidente de la empresa no le dio muchas esperanzas, el inventor fue a su casa y construyó un nuevo modelo de pistola con plexiglás y tubos PVC. Además tenía otro diseño: en vez de tener el agua en la pistola, tenía una botella encima.
El diámetro del chorro era de 2.4 milímetros y podían alcanzar los 12 metros de distancia. Cuando fue a la fábrica a presentar su modelo, recuerda que todos se impresionaron cuando la sacó de la maleta y disparó el chorro. En 1990, empezó su comercialización.
“Al principio no utilizamos márketing ni anuncios en la televisión, pero igual se vendió bien. Al año siguiente, le cambiamos el nombre a Super Soaker y le dimos un buen empujón en televisión. Ese fue el verano que vendimos 20 millones de pistolas y recuerdo estar viendo mi cheque de regalías sin podérmelo creer.
“En mi cabeza, sentía que mi trabajo con pistolas de juguete era probablemente menos dañino que el que había hecho con sistemas reales de armamento”.
Además de haber construido las pistolas de agua, diseñó las pistolas de dardos Nerf, con tecnología similar de aire comprimido. Con este juguete que se vende todo el año, hizo más dinero que con la Super Soaker. Sobre su éxito señala que:
“A pesar de las cosas que han sido perpetradas sobre mi raza, como mantenernos bajo la esclavitud, luego prohibirnos la educación y someternos a discriminación durante mucho tiempo, igualmente hemos logrado el éxito. Solo tenemos que ser conscientes de lo que somos capaces”.