El mundo está pasando por preocupantes crisis ambientales. Las emisiones hechas por los autos, la industria y la ganadería, entre otras actividades, deja una huella de carbono que conduce hacia el calentamiento global. Las consecuencias de esto afectan directamente en la calidad de vida que tendremos y la que tendrán las generaciones futuras. De ahí la importancia de mirar hacia los cambios de hábitos que reduzcan el mal que hemos ocasionado.
Ante los problemas ambientales, varios científicos e industrias han apuntado a alimentos basados en plantas y no en animales. Uno de ellos es la leche, pero no una leche cualquiera, sino una “leche de vaca que no requiera vacas”. Por increíble que parezca, contadas, pero importantes empresas, han desarrollado tecnología para utilizar las proteínas necesarias para hacer leche sin que haya intervención de animales.
Imagindairy, con sede en Tel Aviv, Israel, recaudó una inversión récord de 13 millones de dólares en fondos iniciales para la fabricación de lácteos a partir de microorganismos. Este proceso implica insertar en los microorganismos instrucciones de ADN para la producción de suero y caseína, las principales proteínas de la leche, y de esta manera, crear leche que no requiera vacas. Posteriormente se agregan grasas de origen vegetal, azúcar y agua.
La leche de Imagindairy comparte un parecido con la de otra empresa llamada Perfect Day. Sin embargo, Eyal Afergan, fundador y director ejecutivo de Imagindairy, dijo que su proceso es similar, pero que debido a que su equipo desarrolló una forma más simple de aislar las proteínas de la leche de los microorganismos, será más fácil escalar. Se espera que su producto se encuentre en los mercados israelíes para 2023.
La leche de vaca sin vacas [para 2023] sería un cambio de juego en términos de reducir significativamente las emisiones de metano del sector lácteo.
—Carlotte Lucas, gerente de participación corporativa europea del Good Food Institute
Por su parte, Perfect Day aprovecha los hongos para producir proteínas, por lo que produce una leche libre de soja, nueces, gluten y lactosa. Actualmente tiene como socio a Brave Robot, un productor de helado que utiliza este producto de leche. Por su cremosidad y sabor, apenas y se puede decir que no proviene de animales.
¿Qué papel juega el metano?
Los cambios en la forma que nos alimentamos son fundamentales para frenar un golpe en el cambio climático, principalmente si hablamos de alimentos de origen animal. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep), las emisiones de ganado que provienen del estiércol y liberaciones gastroentéricas representan el 32 por ciento de las emisiones de metano causadas por el hombre.
Sin embargo, el crecimiento de la población, el desarrollo económico y la migración urbana han estimulado la demanda de proteína animal y se espera, al ritmo que se presenta, que para 2050, incremente un 70 por ciento, aumentado los niveles de gases de efecto invernadero como el metano y el dióxido de carbono.
El principal problema con el metano es que contribuye a la formación de ozono a nivel del suelo. El ozono es un contaminante atmosférico peligroso cuya exposición causa un millón de muertes prematuras al año. Su papel con gas de efecto invernadero hace que, en un periodo de 20 años, sea 80 veces más potente para calentar que el dióxido de carbono.
Acciones como la reducción del consumo de carne y productos de origen animal, el cambio a platillos a base de plantas, así como estrategias de agricultura más amables con el medio ambiente pueden ayudar a reducir el impacto a corto plazo. Parece una tarea difícil, pero es un camino posible para minimizar el calentamiento global y las consecuencias que este tendría para el bienestar de la población global.
Es difícil para las personas hacer grandes cambios, especialmente cuando se trata de los alimentos que disfrutan, pero cuando hay una alternativa con el mismo sabor y experiencia que está más alineada con sus valores, se vuelve fácil.
—Eyal Afergan