No más excusas para no empezar la dieta. Con este nuevo aparato, la gente va a reducir de tallas sí o sí porque evita que puedan comer alimentos solidos manteniendo su mandíbula cerrada con imanes.
Un grupo de investigadores de Reino Unido y la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, se propusieron crear el “primer dispositivo de pérdida de peso del mundo para ayudar a combatir la epidemia mundial de obesidad ” y el resultado fue bastante efectivo pero también muy criticado.
El invento es un dispositivo intraoral que se fija a las muelas superiores e inferiores y tiene imanes con pernos de bloqueo para que la persona solamente pueda abrir dos milímetros de su mandíbula, permitiendo la respiración y el habla, pero limitando la ingesta de alimentos sólidos.
Esta aparato fue bautizado DentalSlim Diet Control y está diseñado para que la gente tenga una dieta líquida durante un período tan prolongado como se necesite. Durante ese tiempo se espera que sus hábitos alimenticios cambien.
El dispositivo fue probado con siete mujeres voluntarias, a quienes se les instaló y se les ofreció una dieta líquida. Al final del experimento, ellas perdieron el 5.1 por ciento de su peso, es decir, bajaron alrededor de 6.3 kilos.
El profesor a cargo de este invento dice que la obesidad es un grave problema de salud a nivel mundial y que cumplir con una dieta adecuada es lo único que ayuda a combatir esta enfermedad.
La principal barrera para las personas para una pérdida de peso exitosa es el cumplimiento y esto les ayuda a establecer nuevos hábitos, permitiéndoles cumplir con una dieta baja en calorías por un período de tiempo. Realmente pone en marcha el proceso. Es una alternativa no invasiva, reversible, económica y atractiva a los procedimientos quirúrgicos.
– Profesor Paul Brunton, vicerrector de Ciencias de la Salud de la Universidad de Otago
Desafortunadamente, este “tratamiento” se volvió muy polémico cuando fue mostrado en Internet. Además de tener un precio de 24 000 dólares (o sea que no es tan económico, profesor Brunton), a muchas personas les pareció una medida muy extrema, casi como una tortura, y también resaltaron otros posibles problemas.
Además de la dificultad para hablar reportada por las mismas mujeres que lo probaron, se reconoció que existe peligro de asfixia si le persona vomita y que después de nueve meses de uso puede generar enfermedades en las encías.
Nadie niega que la obesidad sea un problema. Según los datos del estudio, 1900 millones de adultos en todo el mundo tienen sobrepeso, 650 millones son obesos, y tener sobrepeso u obesidad provoca alrededor de 2.8 millones de muertes al año. Así que es una situación muy alarmante que tal vez requiera medidas extremas.
¿Ustedes se atreverían a pagar un tratamiento así de inusual con tal de bajar de peso o prefieren comprometerse realmente con las rutinas en el gimnasio y, sobre todo, renunciar a la comida engordadora?