Un inventor mexicano desarrolló un sistema para convertir los desechos plásticos en petróleo nuevamente y luego en gasolina barata, esto con la construcción de microrrefinerías. En su bodega fabrica microrrefinerías portátiles o fijas.
Gerardo Nungaray, residente de Zacatecas en México, tiene más de 10 años de experiencia en investigación. El director de la empresa EcoInova asegura que de una tonelada de desechos de plástico se pueden extraer hasta 900 litros de gasolina y diesel.
La calidad de la gasolina, asegura, está dentro de las normas que las autoridades requieren, e incluso es casi igual a la de la gasolina Magna.
Esta tiene 87 octanos, mientras que la gasolina “reciclada” es de 79.
En entrevista con medios de comunicación, dio a conocer que la inversión para una microrrefinería requiere 824 mil dólares. Hasta el momento la inversión es poca, por lo que abrió una recolección de firmas en Change.org para obtener apoyos gubernamentales.
El investigador asegura que dicho proceso significa costos menores a los actuales para producir gasolina a partir del petróleo. Además, advierte que pueden usarse plásticos como envases de jabón y bolsas de frituras, nailon, poliéster, desechos electrónicos, ropa, defensas de coches, tableros y alfombras; entre otros muchos.
El proceso utilizado se llama pirólisis, el cual consiste en calentar los materiales al extremo hasta convertirlos en gas.
El gas condensado genera el líquido con el que se obtiene la gasolina. El principio fundamental es revertir el material hasta el petróleo.
Según estima Nungaray, podrían llegarse a producir hasta 270 mil litros mensuales con una planta. Aquí explica cómo funciona: