Si te gusta “desentrañar” los misterios de las cosas y ver más allá de lo evidente, para presenciar lo que se oculta debajo de la superficie de las maravillas de este mundo, los siguientes 17 ejemplos de lo que se oculta “bajo la piel del mundo” podrían ampliar tus horizontes y responder algunas dudas.
1. Escáner de tomografías al desnudo
La tomografía computarizada emplea rayos X y rutinas de control computarizado de los haces de rayos para obtener imágenes complejas del interior de los objetos (usualmente pacientes).
2. Corte transversal: vehículo blindado de combate
Nada transmite más la idea de conflicto bélico que uno de estos vehículos, los infames tanques de guerra. Quizá no son exactamente como los imaginó Leonardo da Vinci hace más de medio milenio, pero este corte transversal didáctico ilustra magníficamente lo que debe haber sido operar uno de estos juggernauts modernos.
El vehículo en cuestión es un carro de batalla principal (MBT o Main Battle Tank, por sus siglas en inglés) Leopard 1 alemán, que entró en servicio de fuerzas armadas en 1965.
3. Las entrañas de un nido de avispas
La época más segura para retirar nidos de avispas es durante el invierno, cuando las nuevas reinas tienen que hibernar y el resto de las avispas han muerto. Los nidos están hechos de hojas de una fibra delgada y ligera similar al papel, la cual es producida por las avispas que emplean madera masticada como materia prima.
El nido fotografiado fue hallado en un ático y muestra el intrincado diseño de interiores que se esconde debajo de la superficie, de diseño caótico y caprichoso. Aunque las avispas son una plaga insidiosa y dañina, su hábitat es realmente admirable.
4. El interior de un artefacto de pirotecnia
Es común creer que los fuegos artificiales son solamente un montón de pólvora empaquetada en papel, pero la realidad es que su complejidad varía, dependiendo del efecto que se quiera lograr, pues las formas más caprichosas logradas en espectáculos de fuegos de artificio requieren dispositivos de pirotecnia similares al que se muestra diseccionado en la fotografía.
5. Anatomía ósea de un erizo
El esqueleto de erizo mostrado en la primera fotografía, junto con su “manto de espinas”, es una obra de la taxidermista rusa Margarita Chaika, quien se dio a la tarea de preservar el esqueleto y las espinas del animal, las cuales se descompondrían sin un tratamiento especial y que, estrictamente hablando, no forman parte del sistema esquelético del animal, sino que son más bien como las uñas o el cabello en los humanos.
6. Un helecho por dentro
El registro fósil más antiguo de un helecho data de 360 millones de años, pero muchas de las familias y especies de helechos parecen haber aparecido hace “apenas” 145 millones de años, en el cretáceo temprano. En las fotografías se aprecian los patrones artísticos del interior de los troncos de distintos helechos.
7. Roca Manzana Partida
Ubicada en la bahía Dorada de Nueva Zelanda, en el parque nacional Abel Tasman, Tokangawhā o La Roca Manzana Partida es una formación geológica rocosa que asemeja a una manzana que ha sido partida a la mitad.
La fractura de la roca, que aparenta haber sido creada artificialmente, ocurrió de modo natural y le da un aspecto surrealista y fantasioso al paisaje de la bahía.
8. Efecto de la basura espacial en el fuselaje de una nave espacial
Las consecuencias del impacto de meteoritos y de basura sobre el fuselaje de vehículos espaciales pueden variar: desde pequeños valles producidos por proyectiles de tamaños del orden de los micrómetros, hasta daños críticos causados por objetos de más de un centímetro, que pueden dejar inutilizable a un satélite artificial o a una astronave.
Cualquier impacto por parte de un objeto de 10 cm bien podría desintegrar una nave puesta en órbita de manera catastrófica. La razón de que tengan efectos tan destructivos son las enormes velocidades de impacto, que pueden alcanzar 54 000 kilómetros por hora para la basura y hasta 259 200 kilómetros por hora para los meteoritos. En la fotografía se observa el efecto de un impacto a esa hipervelocidad y el presunto tamaño del objeto que lo causó.
9. Corte transversal de una amapola
Las amapolas son flores muy bellas, por fuera y por dentro, aunque muy controvertidas porque suelen utilizarse para producir drogas. Su bulbo seccionado (segunda fotografía) muestra una distribución bastante impresionante de sus semillas.
10. Esqueleto de una tortuga
Las tortugas son famosas por su sistema de defensa que les permite guarecerse dentro de su propio cuerpo, empleando su caparazón como escudo contra los depredadores. Esta imagen ilustra el modo en que su estructura ósea les permite hacerlo.
11. La historia del árbol de Mark Twain, del 550 al 1891
Durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando los espectáculos itinerantes eran la onda, las maravillas del mundo eran llevadas de pueblo en pueblo para que el público pudiera gozar de su espectacularidad por el precio de un boleto (unos 50 centavos). En la fotografía se observa el “Árbol de Mark Twain”, derribado en 1891 para ser exhibido en museos de historia natural en Nueva York y Londres y se estima que nació casi 100 años antes de que la Gran Biblioteca de Alejandría fuera quemada.
Los secoyas gigantes fueron objeto de admiración para quienes los descubrieron en esa época. El espécimen más grande de esas colosales plantas, el árbol “General Sherman”, mide 83.82 m de alto y pesa 1900 toneladas, mientras que los secoyas vivos más viejos tienen unos 2500 años. Para monetizar a estos monumentales seres vivos, el emprendedor William Hanford compró el árbol Discovery y lo derribo, con determinación férrea y no poco equipo de minería.
12. Vísceras de una calculadora mecánica
En la foto se aprecia el interior de una calculadora mecánica Monroe PC-1421, la cual podía imprimir las operaciones que realizaba. Por supuesto, con el advenimiento de los transistores y las calculadoras digitales, la gran sofisticación de estas máquinas se volvió obsoleta, pero aun así, es impresionante su elegancia y complejidad.
13. Árbol sangrante (Pterocarpus angolensis)
El impresionante efecto de este “árbol sangrante”, que llega a alcanzar los 16 m de altura, sí que despierta nuestra empatía. Se cree que el parecido de su savia con la sangre ha dado lugar a varias creencias que le atribuyen poderes curativos mágicos relacionados con afecciones de la sangre. La madera del árbol sangrante es resistente al fuego y a la plaga de termitas, además de poseer una fragancia agradable.
14. Taxonomía de perlas y su disección
Las perlas se forman cuando un cuerpo extraño se introduce al interior del cuerpo de un molusco, lo cual las convierte en los equivalentes de “granos” en las ostras: poco a poco, el organismo del animal cubre al intruso con una mezcla de cristales de carbonato de calcio y proteínas, formando el nácar que constituye el grueso de la perla.
El proceso que da lugar a una perla tarda unos 10 años en ocurrir, lo cual, aunado con su belleza, las vuelve objetos raros y valiosos. La fotografía exhibe varios especímenes de perlas, demediados para apreciar su composición interna.
15. Cascabel de la serpiente de cascabel
Corte transversal del cascabel de una serpiente de cascabel.
Por favor, toque.
Los segmentos interconectados se golpean entre ellos para producir el característico sonido de traqueteo.
16. Troncos de plátano
No solo sus frutos son comestibles, en Tailandia los troncos de los árboles de plátano son usados como ingredientes para prepara sopa y curry. De hecho, los árboles de plátano no son, estrictamente hablando, árboles, sino más bien gigantescas plantas herbáceas (yerbas): las hojas de la planta del plátano se van enrollando una sobre la otra para formar “los troncos”. ¿Sabías que los practicantes de muay thai aprovechan la elasticidad de los plátanos para practicar patadas y “hacer callo” en sus extremidades?
17. El meteorito de Fukang
Con una edad estimada en los miles de millones de años (unos 4500 millones de años, para ser exactos), esta pallasita (uno de los tipos de aerolitos más raros) es tan vieja como la Tierra, a la cual se le calculan unos 4543 millones de años, quítale o ponle algunos cientos de millones de años.
Descubierto en China allá por el año 2000, al raspar su superficie se descubrió su verdadera naturaleza: el meteorito de Fukang estaba compuesto por cristales traslúcidos dorados (olivina) y de peridoto, que se encontraban incrustados en un entramado de níquel y hierro. El meteorito de Fukang original pesaba unos 450 kg al momento de su descubrimiento, pero ha ido siendo cortado en pedazos más pequeños, para su estudio y aprovechamiento económico. Un gramo del meteorito tiene un valor estimado entre 30 y 50 dólares, lo cual le daría a la totalidad del original un valor de algo así como 22.5 millones de dólares.