Para la mayoría de las personas, el celular pasó de ser un lujo a un accesorio imprescindible, y muchos de nosotros estamos tan habituados a verlo con frecuencia que ahora incluso alucinamos que nos llegan notificaciones.
La tecnología no es buena ni mala, sino que depende del uso que le demos y, por desgracia, muchos abusamos del uso del celular. Hemos llegado al punto de que muchos no vamos ni al baño sin llevarlo, pero lo peor es que ahora padecemos de un nuevo síndrome de alucinaciones relacionadas con nuestros teléfonos inteligentes.
Un estudio experimental llevado a cabo por el doctor Robert Rosenberg, un especialista del Instituto de Tecnología de Georgia, con estudiantes voluntarios, demostró que 9 de cada 10 personas que tienen teléfonos inteligentes han “sentido” que su celular vibra y cuando lo revisan se dan cuenta de que no fue así.
Seguramente a ti también te ha pasado que sientes la vibración del celular en tu bolsillo. A este curioso fenómeno se le llamó Síndrome de la vibración fantasma y es una auténtica alucinación causada por el excesivo hábito de revisar el teléfono.
El estudio publicado en Computers in Human Behavior reveló que el 90 por ciento de los participantes han experimentado esas vibraciones fantasma y que esto se debe a que los celulares se han vuelto como una extensión de nuestro cuerpo, como la ropa o los anteojos.
Piense en usar un par de anteojos. Si estás acostumbrado a tus anteojos y casi se vuelven parte de ti, puedes olvidar que incluso los estás usando a veces. El teléfono en tu bolsillo es así. A través del hábito corporal, su teléfono se convierte en parte de usted y se capacita para percibir las vibraciones del teléfono como una llamada entrante o un mensaje de texto. Entonces, debido a este tipo de hábitos, es muy fácil percibir erróneamente otras sensaciones similares.
— Robert Rosenberg
Estamos tan habituados a que el celular vibre a todas horas que incluso cuando no tenemos ninguna nueva notificación, “sentimos” que lo hace. Esto le ocurre a la gran mayoría de las personas que tienen un teléfono.
La recomendación del doctor Rosenberg es que podríamos cambiar el lugar donde cargamos el celular, para que nuestro cuerpo no se acostumbre al mal hábito de tenerlo en el mismo sitio.
Cuando nuestros padres o abuelos nos dicen que nos la pasamos en el celular, creemos que exageran. Sin embargo, después de cierto tiempo, nos damos cuenta de que hasta cuando no vibra sentimos que nos llegó una notificación y lo revisamos. Actualmente, este síndrome no es algo preocupante, pero es una señal de alerta que deberíamos considerar.