Tenerle miedo a las agujas cuando por fin comenzó el proceso de vacunación contra el virus del SARS-CoV-2 debe ser un gran inconveniente, pero por suerte también ya se tiene una solución para los valientes que no le tememos a nada… excepto a las inyecciones.
Una de cada 10 personas en el mundo padecen tripanofobia, el miedo a las agujas, y en estos momentos deben estar pasando un momento difícil porque las vacunas que los protegerán del covid-19 solamente se administran con inyecciones. Pero ¿por qué tienen que sufrir este calvario si ya hay vacunas en parches?
Los científicos del Centro de Diseño, Desarrollo y Entrega de Medicamentos en Georgia Tech se pusieron a trabajar para darnos una alternativa de vacunación, y el resultado fue este parche que disuelve su contenido de una forma lenta y mucho menos dolorosa.
Técnicamente, este parche sí tiene agujas, pero según el doctor Mark Prausnitz, profesor de la Escuela de Ingeniería Química y Biomolecular de Georgia Tech, son muy pequeñas y casi tan delgadas como un cabello.
El parche contiene hileras con docenas de microagujas y al colocarse sobre la piel, no hay una real sensación de dolor. Es como si trajeras un trozo de velcro, es decir, es incómodo pero soportable.
Hay una especie de aspereza. Algunas personas pueden describirlo como una especie de hormigueo. Entonces sí hay una sensación, pero es una sensación que la gente no encuentra objetable o dolorosa.
– Doctor Mark Prausnitz
Este tipo de tecnologías en la salud estuvieron inspiradas en los microchips de la computación, que cada vez se van haciendo más pequeños pero con mayores capacidades. De igual forma, las agujas se están reduciendo en tamaño, pero sirven muy bien para su propósito.
Otra de las grandes ventajas de este parche es que realmente no se necesita un entrenamiento o conocimiento para usarlo. Las personas pueden ponerse su propio parche sin ayuda de una enfermera o médico, lo que haría más eficiente y rápido el proceso de vacunación.
En Georgia Tech ya están trabajando para crear parches con vacunas para enfermedades como rubéola y sarampión, y si estas pruebas son exitosas, se podría discutir la conveniencia de hacer lo mismo con las vacunas de otras infecciones como la del coronavirus.