Desde que era muy pequeño, este chico se metió de lleno al mundo de los videojuegos y ahora quiere dedicarse exclusivamente a ser un gamer profesional. ¿Qué piensa su papá de eso? Que es la mejor decisión.
Los eSports están ganando terreno no solo en el mundo del entretenimiento, sino también como una forma de ganarse la vida. Las nuevas generaciones ya no quieren tener profesiones como ser profesores o astronautas, ahora buscan ser youtubers o jugadores profesionales de videojuegos. Este último es el sueño de Jordan Herzog.
Cuando apenas tenía tres años de edad, Jordan conoció los videojuegos y se convirtieron en su pasión. Su padre, Dave Herzog, ya estaba involucrado en este “pasatiempo” pues tiene una compañía que vende cosas como playeras, muñecos, juguetes y artículos relacionados con los juegos de video.
Dave siempre pensó que los deportes electrónicos eran el futuro y por eso alentó los gustos de su hijo. Jordan ganó su primera competencia de videojuegos a los 12 años de edad y su papá vio que podía llegar más lejos.
Jordan demostró tener talento para el videojuego en línea Fortnite y su papá hizo una inversión de casi 30,000 dólares para comprarle a su hijo todo el equipo necesario para que jugara.
El chico, conocido en el mundo virtual como Crimz, jugaba al menos ocho horas diarias y a los 16 años, sin pensarlo mucho, decidió dejar la escuela para dedicarse por completo a los videojuegos. Su padre lo apoyó;¿ y dijo que fue algo que había estado esperando: ” lo estuve criando para esto”.
Muchas personas criticaron a Dave porque su hijo no terminará sus estudios, pero a los Herzog no les importó lo que opinaran los demás. Jordan sueña con ganar el dinero suficiente para no tener que trabajar cuando sea un adulto, y lo está consiguiendo.
Jordan se unió al equipo Lazarus y fue parte del reciente Campeonato Mundial de Fortinte. No ganó el primer lugar, pero al quedar en la posición 17 en la contienda de parejas su recompensa fue un cheque por 50,000 dólares. Se espera que el resto del año siga ganando dinero en otras competencias.
Así que mientras la gente los critica, Jordan cuenta con el apoyo de su padre para cumplir sus metas y se esmera en demostrar que los videojuegos están dejando de ser una “pérdida de tiempo” y en realidad son un negocio bastante jugoso.
Que te paguen por jugar videojuegos es un sueño que para muchos ya es una realidad.