Caballeros, demos un paseo por la ciudad nostalgia, recordemos aquellos días en los que llegábamos de la escuela, comíamos un bocado de lo que sea que nuestra mamá había preparado para comer, corríamos a la sala, prendíamos el Nintendo y la pantalla se trababa. En seguida sacábamos el cartucho de la consola y soplábamos la ranura para disque limpiarlo y así, por arte de magia el juego corría… ¡Qué buenos tiempos!
Así era como hacíamos funcionar los cartuchos en nuestros tiempos, y si eso no era suficiente, también soplábamos directo a la consola. No sé como explicarlo, estaba casi científicamente comprobado que eso funcionaría el 90% de las veces.
Esto lo hacíamos porque, según la creencia popular, cuando no jalaban los juegos era porque había polvo acumulado en ellos. Pero resulta que lo hicimos mal, todo este tiempo y Nintendo nos advirtió que no lo hiciéramos, pero ahí vamos.
Verán, los cartuchos lucían así en la parte frontal:
Pero en la parte trasera Nintendo listaba una serie de advertencias que muy pocos leyeron o hicieron caso omiso:
Una de las indicaciones dice, claramente: “No soplar el borde del conector ni tocar con los dedos”.
Y sí, caballeros, ahora todo me viene a la memoria, siempre que soplar parecía no funcionar, era momento de usar los dedos cubiertos con un pedazo de tela (casi siempre la playera) y según nosotros limpiar el juego para que corriera.
Pero la falla, en realidad, era por la manera en que las consolas estaban diseñadas para interactuar con los cartuchos, pues el conector de las consolas de Nintendo usaba pines de níquel doblados en determinada posición para ceder cada que un cartucho era insertado y regresaban a su posición original cuando era removido.
Sin embargo, son el uso, los pines se desgastaban y esto hacía difícil que sujetaran los conectores del cartucho.
O sea que nuestra “técnica milenaria” en verdad no servía de absolutamente nada, al contrario, probablemente echamos a perder más juegos que los que según nosotros “arreglamos”.
Así que ahí lo tienen, varones, vivimos engañados…