Como quien dice, no hay mal que por bien no venga. La tecnología que se empleó a toda máquina para hacer frente a la pandemia por covid-19 con tecnología de ARNm (ácido ribonucleico mensajero) ha cambiado la arena de batalla contra los males que aquejan a la humanidad y una de las más terribles e insidiosas ya está en la mira de los científicos.
El cáncer, justamente llamado “El emperador de todos los males” por Siddhartha Mukherjee en su obra homónima ganadora del Pullitzer, ha sido uno de los principales antagonistas de la humanidad en los últimos años, pero la tecnología farmacéutica actual está más cerca que nunca de encontrar una cura contra la enfermedad y sus días, dicen, ya están contados, pues la cura se proyecta para el 2030.
Las mentes detrás del remedio
Los profesores alemanes de orígenes turcos Özlem Türeci y Uğur Şahin son un matrimonio como cualquier otro que haya fundado Biotech, una compañía biotecnológica que dio lugar a una de las vacunas más efectivas contra el covid-19 desde que la enfermedad sumergió en la crisis económica y humanitaria a la mayor parte del globo. En pocas palabras, no tienen par.
A pesar de que su investigación originalmente estaba encaminada a acabar con el cáncer, cuando la pandemia pegó bien duro, tanto Türeci como Şahin decidieron asociarse con Pfizer para emplear la misma tecnología que habían venido desarrollando para enfrentar al coronavirus.
Del covid-19 a la cura del cáncer
En estos momentos, con el covid-19 apaciguado, los doctores vuelven a enfocar sus esfuerzos en crear nuevos tratamientos para acabar con el melanoma y el cáncer intestinal, así como otros tipos de tumores que el ser humano es proclive a desarrollar. Muchos aproximamientos al problema se han abordado, entre otros, vacunas personalizadas, que conminan al organismo a enfrentar la enfermedad.
La base tanto de la vacuna contra el covid-19 como de la proyectada cura contra el cáncer es la tecnología de ARNm, que básicamente “manda los planos” para que las células del organismo puedan producir las sustancias (ya sea antígenos o proteínas) necesarias para combatir al mal en turno.
No todo está resuelto
A pesar de que el principio para emplear la versátil tecnología ARNm en los remedios para ambas enfermedades es el mismo, contra el covid-19, la vacuna crea el antígeno como parte de la proteína espiga del virus, mientras que en el caso del cáncer, la idea es que sea un “marcador” sobre la superficie de las células tumorales.
En otras palabras, se emplearía la tecnología con el fin de ponerles una marca de tiro al blanco a las células cancerosas para que el sistema inmunológico pueda destruirlas al diferenciarlas de las sanas. Sin embargo, Türeci ha dicho que no todo está concretado aún, pues como científicos siempre dudan en decir que tienen una cura para el cáncer, pero sí, varios avances sobre los cuales trabajar.
Batalla legal
Por si tener que pelear en el terreno de la medicina y biología no fuera poco, los profesores y su compañía Biontech también tienen que enfrentarse a oponentes humanos (y corporaciones inhumanas) en el terreno legal, pues se ha puesto en tela de juicio la originalidad de las vacunas ARNm que han producido. Esa controversia legal fue iniciada por la firma estadounidense Moderna, que dice que le copiaron detalles esenciales a su tecnología.
Obviamente, los científicos de Biontech se defienden diciendo que han invertido 20 años investigando esos tratamientos. Además, aseguran que pelearán por defender su trabajo, pues todo es original. Sería una lástima que estos problemas legales fueran los que finalmente derrotaran o retrasaran la disponibilidad de un remedio para el cáncer, pero, bueno, el dinero es el dinero.