Tener cualquier tipo de conexión o relación con el famoso RMS Titanic es un arma de doble filo, pues, por un lado, su tremenda fama exacerbada por el homónimo drama histórico de 1997 de James Cameron le ha dado al barco y a su leyenda un aire romántico y popular, pero, por otro, su accidente es motivo de horror y arrepentimiento. Por todo esto, el hecho de que conozcan a un crucero que está por zarpar como “el nuevo Titanic” es motivo tanto de distinción como de preocupación.
Icon of the Seas es el nombre del nuevo crucero de hiperlujo que se propone zarpar en 2024 para ofrece la máxima experiencia de altamar. Sin embargo, su comparación con el Titanic podría presentar un revés comercial debido a la reciente desgracia protagonizada por OceanGate, pero eso no impide que Royal Caribbean Cruises promocione este futuro crucero de la británica Cunard Line, cuyos camarotes costarán una fortuna cuando zarpe el 27 de enero de 2024.
El nuevo Titanic en números
El barco contará con 19 pisos de altura, más de 40 bares y restaurantes distribuidos en sus 18 cubiertas de pasajeros y seis toboganes en su parque acuático que rompen récords, incluyendo uno de 14 metros para darse de ranazos contra una de sus siete piscinas, así como cinco vecindarios en los que se distribuirán todos esos lujos, incluido el The Hideaway, que está una altura de 41 metros sobre el océano, donde clubs de playa y la primera piscina suspendida sobre el mar estará rodeada de un solárium que presentará su exclusivo bar.
Con unos 365 metros de proa a popa, la Icon of the Seas será un seis por ciento más colosal que la Wonder of the Seas y será capaz de albergar a 7700 pasajeros, quienes, sumados a unos 2400 tripulantes, serán 10 mil personas en el titán marino. Esos pasajeros podrán elegir entre 28 opciones de alojamiento que van desde cuartos para solteros hasta suites dobles, familiares, con vista al océano, al interior de la nave, con o sin balcón, etc.
El llamado “Nuevo Titanic” tendrá un tonelaje bruto de 250.8 toneladas, convirtiéndolo en el crucero más grande del mundo cuando esté completado. Los trabajos de construcción, anunciados desde 2016 por Royal Caribbean y Meyer Turku, terminarían en el tercer trimestre de 2023 y su hermana está planeada para terminarse en 2025. De hecho, ya se han hecho las pruebas de funcionamiento y seguridad para el primer Icon y los resultados fueron aprobatorios.
Icon of the Seas está planeado ser el primer barco de la que ha sido bautizada como “Clase Icon”, esto es un tipo de cruceros que emplearán tecnología de pila de combustible y propulsión de gas natural licuado. El arqueo bruto de esas embarcaciones será del orden de las 200 mil toneladas; el tamaño de estas colosales naves superara al de los cruceros “Tipo Oasis”, que son el estándar de lujo en la industria.
Es caro pero no tanto
Aunque aún es un poco pronto para determinar cuánto podría costar una semana de crucero en el The Icon of The Seas, el costo del crucero, según las reservaciones que Royal Caribbean ha iniciado, es mucho menor que el de un asiento en el reducido espacio del condenado sumergible Titan de OceanGate, que cobraba 250 mil dólares por ir a ver al sinestrado Titanic.
En contraste, los camerinos de The Icon of the Seas solamente costarán alrededor de 1700 dólares por semana por pasajero, lo que significaría que, con lo que te ibas de paseo en el sumergible de Stockton Rush podrías costearte unas 147 semanas en el crucero. El alojamiento más barato cuesta unos 1500 dólares por semana y uno de los más caro, alrededor de 4314 dólares por semana.
Si amas la adrenalina, entre otras cosas, los avances tecnológicos del Icon incluyen velocidades nunca antes vistas para cruceros de su envergadura en una nave que está siendo apodada en “honor” al más grande desastre marítimo del siglo XX. Pero, eso sí, si todo sale bien y sobrevive a su viaje inaugural, el Icon, sin duda, será toda una experiencia única en la vida (esperamos que por lo menos tenga los botes salvavidas necesarios para alojar a todos sus diez mil tripulantes, solo por si acaso).
Además, el Icon of the Seas será puesto en marcha bajo la certificación Det Norske Veritas (DNV), el estándar de oro en navegación marina que OceanGate se negó a pagar para asegurarse de que sus viajes fueran seguros para la gente que los tomaba, por lo que no cabe duda de que entre ir a visitar al “viejo Titanic” o viajar en el “nuevo Titanic” podría ser mejor idea arriesgarse con los icebergs que pudieran encontrarse el Icon que con la ingeniería improvisada que ha caracterizado a OceanGate y que hasta es más cara.