Mike Tyson, uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, estaría de acuerdo en que las peleas no empiezan en el ring, sino mucho antes. En el pináculo de su carrera, el poderoso boxeador, masca-orejas, no solo dominaba físicamente, sino (y tal vez más importante), psicológicamente. Ahora ha revelado cómo ejercía ese dominio psicológico ante sus oponentes.
Tyson, que era una fuerza de la naturaleza imparable en el ring entre 1986 y 1989, dominaba la división de pesos completos, ganándose los apodos de “Kid Dynamite” o el “Hombre más malo del planeta”.
Ahora, el ex campeón mundial de pesos completos de la WBA y la WBC, ha dado pistas de cómo dominaba a sus contrarios. En su documental de 2008, Tyson recuerda sus glorias pasadas y admite:
“Cuando salía, mostraba una confianza suprema, pero en realidad estaba asustado de muerte. Estaba completamente aterrado. Le tengo miedo a todo, miedo a perder, a ser humillado”.
Sin embargo, explica cómo solía utilizar ese miedo para obtener ventaja y hacer que la confianza fuera cada vez mayor en cuanto se acercaba al ring.
“Durante todo mi entrenamiento he tenido miedo de este hombre, pensaba que este hombre era capaz de apalearme. Soñé que me golpeaba… pero una vez en el ring, soy dios. Nadie puede vencerme”.
Esa mentalidad le permitió a Mike Tyson asegurar su primer título de peso completo contra Trevor Berbick en 1986. Al ganar a la edad de 20 años, se convirtió en el profesional del boxeo más joven en ganar un título de peso completo, un récord que todavía se mantiene.
Desde su retiro con un récord de 50-2-6, Tyson ha pasado por altas y bajas, pero aparentemente ahora se encuentra bien.