Bañarnos a diario para mantener un aspecto presentable y no ofender a otros con nuestro aroma, seguramente es parte de la rutina para muchos de nosotros, pero resulta que un académico estadounidense nos dice que estamos afectando negativamente nuestra salud con tanto baño.
James Hamblin, médico egresado de la Universidad de Yale, aseguró que lleva siete años sin bañarse y que eso ha sido benéfico para su salud. La teoría de Hamblin habla sobre el daño y efectos negativos del baño demasiado frecuente en nuestro organismo y aclara que nuestra calidad de vida podría mejorar si no nos bañáramos tan compulsivamente.
La teoría del baño excesivo
Sosteniendo que los baños en exceso son malos para la salud, Hamblin declaró en 2020, luego de lanzar su libro Limpio: La nueva ciencia de la piel, que no se había bañado en siete años y es un fuerte defensor de que no tener duchas diarias es bueno para mantener una salud de la piel y, por lo tanto, de todo el organismo.
James Hamblin, de 40 años, egresó de la Universidad de Indiana como médico y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale en 2018, con un título de maestro en Salud Pública, con certificados en Salud Pública y Medicina Preventiva General, así que si este hombre, que se dedica a dar conferencias sobre políticas de la salud, tiene algo que decir sobre lo que es saludable, probablemente debamos escuchar, aunque sea de lejos para que no nos llegue el olor.
Hamblin y sus esfuerzos por permanecer saludable
Si problemas de salud de la piel, tales como el acné, eccema y la psoriasis, se presentan debido a la interacción entre nuestro sistema inmune y los microbios en nuestra piel, sin duda, es científicamente prometedor y genial presentar una hipótesis de que podemos cambiar ese microbioma para ayudar a la gente a superar sus crisis de problemas dérmicos.
– James Hamblin
La forma de ver el problema de los baños del médico quedó claro en su ensayo para The Atlantic “Dejé de bañarme y la vida continuó su curso” (2016), donde, además de los problemas de salud que dice que se desatan por el baño indiscriminado, aclara que es “una pérdida de tiempo” porque si vivimos 100 años y le dedicamos 20 minutos diarios al baño, sumarían dos años enteros de bañarse sin tregua.
El sabio y su cruzada contra la higiene descarriada
Cada vez usé menos jabón, menos ‘shampoo’, menos desodorante y fui evitando los baños, pasando de uno diario a uno sí y uno no y, eventualmente, a bañarme cada tres días. Actualmente, para fines prácticos, he dejado de bañarme.
Los argumentos de Hamblin giran alrededor del término “microbioma”, que se refiere al conjunto de microorganismos que pueblan ciertas regiones de un organismo vivo, en este caso, la piel. Según Hamblin, el baño indiscriminado afecta negativamente el equilibrio necesario para que la piel mantenga un estado saludable, pues se eliminan algunos de los elementos importantes de su equilibrio ideal.
Según dermatólogos, como la Dra. Leslie Baumann, existe evidencia de que la falta de balance en la población de microorganismos en regiones del cuerpo que los necesitan puede resultar en dificultad para controlar agentes externos indeseables, como hongos y bacterias dañinas que pudieran entrar en contacto con ese ambiente. Una de las manifestaciones más claras de los problemas de un microbioma sin balance es la inflamación celular, que está relacionada con enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, así como eccema, rosácea y psoriasis, que son problemas comunes de la piel.