Diga quien lo diga, no hay duda de que el alcohol en exceso es un factor que tarde o temprano terminará por repercutir de forma negativa en tu vida. No se diga las drogas. Y no sólo eso, los hábitos alimenticios juegan un papel importante en la salud.
Tiene que haber mucha fuerza de voluntad para cambiar esas cosas que están mal en nosotros, pero no es imposible. y este chico pudo lograr cambiar todos sus malos vicios y ahora es otro completamente, en todos los sentidos.
James Fry estaba luchando hace sólo dos años contra la adicción al alcohol, el abuso de drogas y un estilo de vida generalmente excesivo.
Todo esto le costó al cuerpo de James y sólo podía ver cómo su peso subía y subía. Poco a poco fue aplastado por la inseguridad y la ansiedad; Su salud física estaba empeorando.
James estaba bebiendo alrededor de 25 latas de cerveza diariamente, alrededor de 4.000 calorías por día. Las guías gubernamentales de salud recomiendan a los hombres que no beban más de 14 unidades por semana. Osease que este “campeón” se estaba bebiendo la vida de un sólo sorbo.
“Mi vida no era grande, mi rutina diaria consistía en despertarme empapado en la orina antes de vomitar, temblar violentamente y tener ataques de ansiedad, hasta que toque fondo y me ahogué en suficiente alcohol, para parar esto”.
“No era sólo el aspecto físico, era un ser humano bastante vil antes de encontrar la sobriedad y perder peso, que a su vez alimentaba una imagen profundamente negativa y un odio por mí mismo tan fuerte”.
“Ni siquiera podía mirarme al espejo porque despreciaba lo que parecía, estaba lleno de bravuconería y arrogancia, tan pobre como toda mi personalidad”.
Entonces, en julio de 2014, James tuvo una llamada de alerta cuando fue llevado al hospital con severo dolor abdominal y vómitos de sangre. Él sabía que algo tenía que cambiar; superar su adicción se convirtió en su principal prioridad y lo vinculó con la mejora de su salud general y ejercicio.
Mientras estaba en el hospital descubrió que su promedio de frecuencia cardíaca en reposo era de más de 100 latidos por minuto. Una frecuencia cardíaca promedio para la edad de alguien como James sería más cercana a los 70 latidos por minuto. Se suma el hecho de que su presión arterial era muy elevada y sus niveles de colesterol andaban por los cielos.
Una tarea sencilla como subir un tramo de escaleras lo dejó luchando por respirar.
Él dijo:
“Estaba aterrorizado por la muerte, pero la pedía a diario. No comí prácticamente nada durante los últimos meses antes de que me hospitalizaran”.
“Cuando casi perdí la vida, me di cuenta de que no sólo quería mantener vivo, sino que quería vivir mejor, física, emocional y espiritualmente.
“Mientras que antes arruinaba a la gente, ahora trataba de reparar el daño, antes destruía mi cuerpo, ahora trataría de nutrirlo, donde antes causé caos, esperaba traer algo de serenidad”.
Una vez que salió del hospital comenzó su desintoxicación. Dejar el alcohol y las drogas fue un gran comienzo, pero James sabía que para hacer un cambio duradero en su salud tenía que cambiar su dieta, su forma de pensar y su estilo de vida.
Dejando el hospital, James pesaba alrededor de 120kg y eso era casi el 50 por ciento de grasa corporal. James comenzó regularmente a ir al gimnasio y consiguió controlar su forma de comer.
Pero no fue nada fácil. Aunque bajo algunos kilos al principio, después se quedó estancado sin poder bajar más. Fue entonces que miró atrás para reevaluar sus motivaciones y las razones por las que quería cambiar, y eso ayudó.
“Me pregunté por qué lo estaba haciendo, decidí que necesitaba aumentar mis esfuerzos y revisar nuevamente mi régimen de alimentación. No me malinterpreten, no fue un enorme cambio radical, fueron pruebas, un mes o algo así;un tiempo para ver qué funcionaba y qué no “
Impresionantemente, James logró ponerse en forma sin usar un entrenador personal o consultar a un nutriólogo.
“Leo, leo y leo”, dijo. “Creo en la investigación y luego en la experimentación. Estaba tomado prueba y error para encontrar mi camino y me alegro de que al final, llevo un plan de nutrición que absolutamente funciona para mí y no he dejado de trabajar incluso en la parte inferior de la grasa corporal, eso es importante, ya sabes, encontrar lo que funciona para ti”.
Pero el viaje de James aún no ha terminado. Todavía se llama a sí mismo un “trabajo en progreso”, pero ahora cree que todo es posible. Con perder peso y ganar músculo, James ha encontrado que su salud ha mejorado drásticamente. Su ritmo cardíaco promedio en reposo está normal, al igual que sus niveles de colesterol.
Ahora él pesa alrededor de 79 kg.
Hasta la fecha el sigue diciendo que no quitará el dedo del renglón y que seguirá ajustando sus esfuerzos hasta mejorar su cuerpo y su salud.
Estos ejemplos de vida son importantes por que claramente se puede ver que la voluntad es el primer paso que hay que dar para cambiar nuestras vidas.
Espero que te sirva este post, idependientemente si tomas, fumas, te drogas o comes demasiado. Siempre hay algún mal hábito que podemos cambiar.