Un hombre y un perro abandonado protagonizaron una historia de rescate mutuo. Eric era un hombre solitario que padecía varias enfermedades por su sobrepeso, así que su doctor le recomendó que consiguiera un perro para ayudarle a volverse más activo: el adoptó a un perro enfermo y terminaron salvándose mutuamente.
Eric pesaba 154 kilos y tenía una salud muy deteriorada, en 2010, su médico le dijo que tenía que comprarse un ataúd porque en 5 años probablemente estaría muerto. Padecía de diabetes tipo 2, colesterol e hipertensión.
Cada mes gastaba cientos de dólares en medicinas, además se había vuelto antisocial y prefería evitar el contacto con la gente. Cuando fue en un viaje de negocios, el avión se retrasó porque tuvieron que buscar una extensión especial para su asiento. La persona junto a él le reclamó: “voy a perder mi conexión porque eres demasiado gordo”.
A partir de entonces decidió cambiar su vida. Acudió a un nutriólogo, quien le dio una dieta y le recomendó conseguir un perro para que este lo forzara a salir de su encierro. Acudió al refugio de animales y vio a “Peety”, pidiendo un ” perro obeso de mediana edad, para tener algo en común con él”. En ese momento en que lo vio, supo que Peety sería su amigo:
Peety padecía de 12 kilos de sobrepeso, pero además tenía artritis, alergias y erupciones en la piel, además de una cara de tristeza que le dejó su último dueño, pues vivía solo en un patio trasero donde nadie le hacía caso.
Así que luego de un primer contacto un poco incómodo, con los días se volvieron los mejores amigos.
“Salíamos a caminar por los menos media hora por día, todos los días. En el correr de un año, con tan solo cambiar lo que comía y caminar con Peety, bajé 64 kilos; mientras que él bajó 11 kilos, así que lo hicimos juntos”.
Su vida cambió. Ya no tenía diabetes y dejó los medicamentos. Peety también mejoró su salud y actitud. Era un perro orgulloso y alegre. “Dejó de estar en una situación en que no tenía ningún amigo, ni conocía a nadie, al igual que yo, y se volvió un perro muy orgulloso”.
“Más allá del amor incondicional, Peety me enseñó lo que es la lealtad, él siempre me miró como si yo fuera la mejor persona del mundo entero, y eso me motivó a ser una mejor persona. Cuando iba a correr mi primer maratón, me miró como diciendo: ‘tú puedes hacerlo’ y eso me impulsó a lograrlo”.
Finalmente, luego de unos años, Peetye envejeció, enfermó de cáncer y murió en los brazos de Eric. “Lo abracé hasta que me di cuenta de que la vida se había ido de él. Me senté y lo abracé por mucho tiempo porque realmente lo quería mucho”, recordó.
“Peety me hace recordar que me hizo una mejor persona y siempre dudo de si yo lo rescaté a él, porque más bien él me rescató a mí”. Este es el video: