La salida forzosa del exmandatario estadounidense Donald Trump de Twitter fue una situación delicada que levantó mucha polémica a su alrededor, pues involucraba conflictos en aspectos fundamentales de la Libertad de Expresión (así, con mayúsculas, pues es un asunto de vital importancia en la cultura del pueblo estadounidense). A pesar del innegable odio, desprecio y agresividad que permeaban las palabras que el político compartía a través de Twitter, siempre hubo quien abogó por su derecho a expresarse.
En este contexto, y con la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, el hombre más rico del mundo y autoproclamado “absolutista de la libre expresión”, se espera que se le restituya el uso de la red social a varios individuos que habían sido censurados, entre ellos Trump. Sin embargo, y para sorpresa de propios y extraños, el expresidente, que fue un asiduo usuario del servicio de Twitter, ha declarado que no está interesado en volver al mundo de Larry, el ave azul.
Yo ya no juego
El lunes 24 de abril, Trump aclaró que no está interesado en volver a unirse a Twitter, pues planea dedicarse a su propia red social, llamada Truth Social, lanzada un año después de que el político fuera baneado de la plataforma del ave azul. Sin embargo, el proyecto de Trump se ha visto empantanado con problemas desde su lanzamiento, tales como la caída de las acciones de las empresas involucradas en su desarrollo y mantenimiento, así como una generalizada dificultad para suplir la demanda de modo efectivo.
No voy a estar en Twitter. Permaneceré en Truth. Espero que Elon adquiera Twitter porque es un buen hombre y mejorará (la plataforma), pero aun así, voy a permanecer en (mi propia red social).
– Donald Trump
¿Paladín de la libertad?
Junto con la compra de Twitter por 44 mil millones de dólares por parte de Musk, vino la promesa (aunque hay quien lo vio como amenaza) de velar por la libre expresión sin censura ni restricciones al ser menos severo con el veto a usuarios y reducir la eliminación de tuits individuales. Al aseverar que un escenario inclusivo es de capital importancia para la libertad de expresión y debido a que “Twitter se ha convertido en un tipo de plaza pública de facto”, que las personas puedan hablar libremente dentro de los límites legales involucra necesariamente el acceso a ese servicio de red social.
Pero aún con un discurso y declaraciones tan loables, hay quien sospecha que la adquisición de Twitter por parte de Musk responde a la búsqueda de capital político para, entre otras cosas, presionar al gobierno chino debido a los importantes intereses económicos del magnate tecnológico en el país asiático.
El veto de Trump
Luego de “recibir la bota” en las proverbiales posaderas de manera permanente el 8 de enero de 2021, apenas dos días después del asedio al Capitolio de los Estados Unidos, ocurrido el 6 de enero de 2021, Trump demandó a Twitter, Facebook y YouTube con acusaciones de haber censurado injustamente tanto a otros conservadores como a él. La razón por la que el expresidente fue vetado de Twitter, donde al momento de su censura contaba con 89 millones de seguidores, fue por el miedo a que sus mensajes volvieran a incitar a la violencia, como se sospecha que hizo previo al ataque al Capitolio, del cual es popularmente responsabilizado.
Luego de una cuidadosa revisión de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, en particular, la forma en que están siendo recibidos e interpretados en y fuera de Twitter, hemos suspendido permanentemente la cuenta debido al riesgo de más incitación a la violencia. Aun si nuestro marco de interés público existe para permitir que los líderes mundiales y oficiales electos hablen directamente con la gente, (…) no pueden usar Twitter para incitar a la violencia, entre otras cosas…
– Parte de la declaración de Twitter del 8 de enero de 2021, hablando de la clausura de la cuenta de Donald Trump