Nadie niega que la pulcritud es una virtud, pero no está de más tener particular cuidado al deshacerte de tus desperdicios cuando guardas los ahorros de tu vida en bolsas para deshechos, no vaya siendo que por descuido “tires a la basura” el fruto de tu duro trabajo. Así le pasó a una mujer brasileña que se encontraba llevando a cabo la limpieza de su casa.
Entre otras cosas, ella tomó una gran bolsa de basura, que le entregó al recolector, junto al resto de sus desperdicios. Poco después, se le prendió el foco y se dio cuenta de que había desechado el dinero de su jubilación. Luego de tres días y con ayuda de los recolectores de basura, recuperó 16.3 mil de los 18.5 mil que había dado por perdidos. Peor es nada.
El rescate
Una mujer desesperada acudió a primeras horas de la mañana a la cooperativa recicladora Dois Irmãos (Dos Hermanos), en Valle del Río de los Sinos, Brasil, para reportar la pérdida del equivalente a 18 743.76 dólares, que había tirado, por error, junto a su basura durante la limpieza de su casa.
Ella estaba muy nerviosa, se veía terrible, al borde de las lágrimas. Intentamos calmarla, prometiéndole ayudarla, pero aún entonces estábamos conscientes de que las probabilidades de encontrar lo que había perdido en la basura eran realmente bajas.
– Alessandro Pooter, trabajador de la cooperativa
Dificultades
La búsqueda del dinero duró tres largos días de angustia, durante los cuales, todos los trabajadores de la cooperativa se dedicaron, además de a sus actividades diarias, a rebuscar entre las montañas de basura en las que podrían haberse encontrado los valores perdidos. Milagrosamente, el miércoles 27 de abril se encontró el tesoro perdido.
Apenas jalé la bolsa que resultó contener el dinero, ya estaba algo rasgada y me percaté de los fajos sueltos de dinero. Conforme la cinta transportadora avanzaba, más billetes salían en mi dirección. Lo fui juntando e hice el reporte al presidente de la empresa.
– Alessandro Pooter
Lo que se salvó
Al final de cuentas, lograron salvarse cerca de 16 300 dólares del total de 18 500 dólares que se habían perdido. La mayoría del dinero fue encontrado por Alessandro Pooter, a quien se le cuestionó si en algún momento pensó en quedarse el dinero, a lo que respondió:
Aunque ese dinero sí me hubiera ayudado, en cuanto lo encontré, sabiendo que no era mío y que ya tenía dueña, supe que no me sentiría en paz al apropiármelo, porque no me lo gané con mi propio trabajo.
Así, sin dudarlo, el trabajador casado y con dos hijos devolvió lo perdido a su legítima dueña, quien lo necesitaba para vivir y pagar sus deudas.