Jairo Alessandro Cabanillas Herrera se llevó los ahorros de una familia que había confiado en él para que les hiciera un trabajo en su casa. El ladrón se quedó solo unos minutos y desvalijó la casa, llevándose valores por casi veinte mil dólares.
Cuando la familia se dio cuenta, empezaron a buscar al ladrón y este se terminó comunicando, asegurando en un texto que sí lo había robado, pero que era para la operación de su tía y que iría devolviéndolo en convenientes quincenas.
Aguas con quién dejas en tu casa
En el distrito de Pueblo Libre, en Lima, Perú, una familia contrató a un hombre llamado Jairo Alessandro Cabanillas Herrera, a quien le pedirían que realizara un trabajo de carpintería. Los familiares dejaron solo al individuo en la casa y cuando volvieron, había desaparecido.
Luego de que desapareció, le tomó algún tiempo a la madre de familia, María Paula Rentería, descubrir que habían desaparecido múltiples valores y dinero en efectivo por un monto aproximado de 19 209.55 dólares, incluidos ahorros ocultos en un clóset y joyas de una amiga suya.
“Ya no lo tengo, luego lo devuelvo”
La razón por la que están seguros de que el robo fue perpetrado por Cabanillas Herrera es que él mismo se comunicó un tiempo después, confesando el delito, aparentemente arrepentido.
Estuvo mal lo que hice: tome el dinero pero ya no lo tengo porque lo usé para operar a mi tía; te prometo que cada 15 días te iré abonando a tu cuenta.
-Jairo Alessandro Cabanillas Herrera
Sin embargo, la afectada por el hurto no le cree nadita al criminal, pues dice que es una mentira descarada, pues su tía habría fallecido meses atrás. Pero lo que más le duele a la mujer es el horrible abuso de confianza del que fue objeto, ya que, como ella misma dijo, está mal porque le dieron su confianza y se burló de su buena fe.
Y en la policía ni le tienden la mano
A pesar de que se encontraba completamente vulnerable y herida en su confianza luego del abuso cometido por el fraudulento carpintero amante de lo ajeno, la madre de familia fue a presentar una denuncia al Departamento de Policía de Pueblo Libre, pero las autoridades no se mostraron solidarias con la víctima.
Fue una experiencia horrible acudir a denunciar al ladrón que se robó nuestros ahorros, pues en la policía nos trataron mal durante el proceso. Afortunadamente, una amiga me tendió la mano y su hermano me ayudó a formular la denuncia formalmente para así pasar a la fiscalía.
– Ana Paula Rentería