Dicen que los perros son los mejores amigos del hombre y, en algunas culturas, estos peludos de cuatro patas son quienes retribuyen los buenos tratos en vida, ayudando a sus dueños a cruzar hacia un nuevo plano después de la muerte. Sin duda, los perros se vuelven parte de la familia en donde viven.
José María, mejor conocido como Chema, y su perro Roko, un pitbull de 11 años, llevaron la mejor relación desde que se conocieron, siendo compañeros inseparables hasta la muerte. Chema falleció por complicaciones de salud, dejando solo a su amigo perruno, quien resintió la muerte de su compañero.
Originarios de Irapuato, Guanajuato, en México, estos amigos eran conocidos por la comunidad por su cercanía; comúnmente se les veía a los dos paseando en moto. Chema era velador y siempre se acompañaba de Roko, quien lo esperaba pacientemente e incluso cuidaba del vehículo.
Sin embargo, tras la muerte de Chema, Roko solo ha presentado un semblante triste. En las honras fúnebres, el perro permaneció al lado del ataúd haciendo guardia a su dueño. La familia de Chema, quien tomó cuidado del perro, se mostró preocupada, ya que Roko dejó de comer.
Siempre lo entendió muy bien y solo a él, muy obediente y buen guardián, tenemos miedo que ahora que mi hermano no está le pueda pasar algo por la tristeza. Desde que murió se veían sus lágrimas en los ojos, no se ha despegado del ataúd ni deja que nadie se acerque. Él sabía que quien con tanto amor lo crio cerró sus ojos para siempre.
—Hermano de José María para ‘El Sol de Irapuato‘
La familia de Roko descartó en redes sociales que fueran a sacrificar al perro, a quien describieron como “superdeprimido”. Al contrario, cuidarán de él hasta que “el gran Chema decidida venir por él y llevarlo al viaje”, pues están consientes de que su dueño dejó un vacío que nada ni nadie podrá llenar.