La propuesta de matrimonio es uno de los momentos más importantes durante una relación, pues significa que la pareja pasará a otra etapa de su vida, con mayor compromiso e intimidad. De ahí que siempre se le ponga especial cuidado, pues esta será recordada con añoranza durante el resto de sus vidas si tienen suerte. Así, las cosas, cuando se propone matrimonio, suele hacerse todo un espectáculo, pero no siempre es el caso.
A veces menos es más y Uriel López lo sabía. Al hacer gala de sencilla elegancia pero de muy pobres habilidades histriónicas, el joven hizo como que era una comida con pozolito normal, hasta que su novia, Zaira, descubrió el anillo de compromiso oculto en las tostadas. La chica llegó con hambre y se fue comprometida, rodeada de familia y amigos.
El momento de la verdad
No hacen falta grandes presupuestos y planes complejos al estilo Hollywood para expresarle a nuestra dama aquello que sentimos por ella. Uriel López fue capaz de robar (nuevamente) el corazón de su amada Zaira tan solo adulterando un paquete del súper y removiendo un par de tostadas. Hablando de eficiencia romántica.
Esta es una muestra no solo de que el amor aún existe, sino que cualquier convivencia, por trivial que parezca, puede terminar siendo un recuerdo inolvidable que marcará nuestras vidas y, con suerte, para bien.
¿Qué es esto?
Preparándose para deleitarse con un banquete de pozole con sus allegados, Zaira se encontraba de muy buen humor, pero las cosas estaban por ponerse aún mejores. Su novio estaba actuando raro, pero no de un modo desagradable, sino curioso, como esperando algo. El joven apenas se aguantaba la risa, pues ya venía venir lo siguiente.
Y, bueno, será muy romántico nuestro amigo Uriel, pero su actuación más bien le ganaría un lugar en una telenovela rosa que en un thriller de misterio porque a kilómetros se veía que algo ocultaba. Cuando Zaira descubrió “la sorpresa” oculta en el paquete de tostadas Los Charros, no pudo identificar exactamente qué se había encontrado, pero cuando lo entendió, quedó pasmada.
Con este anillo…
Al ritmo del corito “quiere llorar, quiere llorar”, Zaira estaba, efectivamente, al borde de las lágrimas pero de felicidad y asombro, pues su amado le soltó la pregunta con todas las de la ley. Enjugándose las lágrimas, ella le concedió su aprobación con un leve asentimiento, demasiado emocionada para echarse un discurso.
Haciendo eco de la famosa fórmula, Uriel cerró el compromiso, hincando la rodilla en el sacrosanto suelo de la miscelánea:
Por este paquete, te hago llegar mis sentimientos; con esta mano, sostendré tu tostada, que jamás estará vacía y con este anillo, te pido que seas mi esposa.
Operación compromiso: exitosa
Luego de cumplidos todos los ritos de cortejo de rigor, aprobado el compromiso y efectuados los cánticos del público que, emocionado, hizo eco de los sentimientos que evocaba la tierna escena, con expresiones de aprobación y apoyo, la pareja se encontraba en su propio mundo, abrazándose el uno al otro, con la esperanza de que el momento se extendiera una eternidad.
Aunque nada puede durar para siempre, por lo menos el internet lo va a recordar. Con su presencia en las redes sociales, las parejas y quienes se emocionaron con la pintoresca anécdota han vuelto viral este momento en la vida de los jóvenes Uriel y Zaira, desde la sorpresa “patrocinada por las tostadas Los charros” hasta la propuesta formal y el tierno abrazo.
Las redes sociales lo aprueban
Las redes sociales “asistieron” al evento disfrutando de la escena al ritmo de Cásate conmigo, de Silvestre Dangond y Nicky Jam, ya sospechando desde antes que la novia qué era lo que venía… pero no por ello menos emocionados con el resultado de los esfuerzos del novio.
‘La mejor propuesta: comiendo pozolito’; ‘Estás viviendo mi sueño: pozole y anillo’; ‘La mejor propuesta de matrimonio del mundo’; ‘Que las tostadas Los Charros te patrocinen la boda…’; ‘Cuando el amor existe, no se necesita tanta alharaca’; ‘Se le nota en la cara a él que está atento a la reacción de ella’; ‘No los conozco, pero qué bonito, bendiciones y felicidades’; ‘Yo quiero que me pidan matrimonio echándome un pozolazo’.