Caballeros, ¿recuerdan cuando Sir Patrick Stewart acogió a esta linda pit bull de nombre Ginger en su hogar por unos días? Para muchos fue un gesto muy noble, pues este hombre, quien da vida al profesor Xavier en la película X-Men, es amante de los perros, y apoya a distintas causas que ven por la vida animal; sin embargo, la mala noticia es que finalmente no pudo quedarse con ella.
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Pero, ¿por qué? Esta pregunta rondó mucho en redes sociales, y muchos se cuestionaban por qué Sir Patrick no la adoptaba por completo.
Pues hay una explicación muy lógica al respecto y es que, en el Reino Unido, existe una ley que prohíbe a los pit bulls.
El actor aceptó que él y su esposa Sunny hicieron una linda conexión con la perrita, e incluso sus redes sociales se llenaron de fotografías de ellos tres pasando el rato como una gran familia. Esto nos llevó a especular que no la dejarían ir, y que adoptarían a Ginger para darle una mejor vida.
Desafortunadamente, Stewart dijo a la revista People que, lamentablemente, no pueden adoptar a Ginger, ya que en el Reino Unido, donde la familia vive cierta parte del año, no permiten esta raza de perros.
Este tipo de regulación basado en razas se conoce como Legislación Específica de Raza (BSL). Estas leyes están destinadas a mejorar la seguridad pública pero, de acuerdo con todos los grupos de buena reputación que ha estudiado el tema, este objetivo no ha sido logrado completamente.
Kevin O’Neill, vicepresidente de asuntos estatales de la ASPCA, dijo a TODAY en un correo electrónico:
“Muchos municipios han aprobado BSL en un intento de reducir las mordeduras y ataques de perros, pero no hay evidencia de que funcionen. La ASPCA recomienda que las comunidades promulguen leyes de perros peligrosas más progresistas y redondeadas que traten a los animales y propietarios individuales, no a las prohibiciones generales de la raza”.
Muchas asociaciones sociales, incluida la que apoya Sir Patrick, han intentado abolir esta ley, pues no resulta ser efectiva al proteger la seguridad pública, señalando que existen problemas mayores como las peleas de perros ilegales.
Es una tristeza que esta perrita se pierda de un maravilloso y amoroso hogar por culpa de una legislación sin pies, ni cabeza. Esta historia nos deja ver lo injustas que son algunas leyes.