Cuando el amor llega, no hay nada que puedas hacer para escapar de él, en especial si encuentras a la pareja ideal que te acompañará por el resto de tu vida. Después de pasar 77 años juntos, Royce y Frankie King, una pareja de 98 y 97 años, respectivamente, fueron sorprendidos por el personal del hospicio que los cuida, pues les prepararon una boda y una sesión de fotos para recrear aquella que nunca tuvieron.
La pareja de Oelwein, Iowa, se casó en los años cuarenta. Royce era militar y su unión se realizó de una manera poco organizada, pues tenía solo dos días de licencia antes de irse al extranjero a pelear en la Segunda Guerra Mundial. No hubo fotos ni vestido de novia que quedaran inmortalizados en una imagen, por lo que al enterarse de ello, los trabajadores del Hospicio St. Croix les dieron una sorpresa que no olvidarán jamás.
Sus cuidadores y familia prepararon una nueva unión nupcial en la casa en donde la pareja crio a sus dos hijos. Frankie por fin pudo usar un vestido de novia, con estilo de los años cuarenta, color perla y con encaje. Además, las flores de su jardín se convirtieron en el ramo que llevaría en sus manos. Por su parte, Royce hizo homenaje a sus días como militar al ponerse su chaqueta de la Fuerza Aérea y sus medallas de honor.
Hilary Michelson, una de las trabajadoras del hospicio y fotógrafa profesional, se encargó de plasmar los mejores momentos de la pareja en su boda de 77 años de unión, en donde renovaron sus votos de amor. Además, Royce y Frankie fueron acompañados por su hija Sue Bilodeau, quien vive en California y pudo presenciar la ceremonia.
La conectividad. Casi sientes que eres parte de esto y piensas en cómo fue la primera vez en la Segunda Guerra Mundial y cuán significativa y emotiva fue esta segunda oportunidad de hacer esto. Hay una abrumadora sensación de orgullo, no solo en la empresa y en lo que hizo la organización, sino más bien como un acto de humanidad.
— Heath Bartness, CEO del Hospicio St. Croix
La fiesta brilló por el amor que se tiene la pareja, pero obviamente no podía faltar la música, por lo que un musicoterapeuta de St. Croix estuvo presente para tocar canciones de la década de los cuarenta, algo que asentó muy bien a la ocasión y que los llevó a formar un nuevo recuerdo, uno donde se volvieron a jurar amor eterno, hasta que la muerte los separe.