La mayoría de los matrimonios atesoran las fotografías de su boda, pero no William y Janice Robertson, porque en sus fotos aparecen personas completamente diferentes a ellos…
Me explico: resulta que cuando ellos contrajeron matrimonio, ambos estaban un poco pasados de peso, y no les importaba. La pareja disfrutaba de la comida chatarra a todas horas y no hacían ejercicio.
Janice pasó un mal rato eligiendo vestidos de novia, porque incluso la talla más grande no le quedaba, y él mandó a hacer su propio traje, pues al igual que su mujer, ninguna talla era lo suficientemente grande. Se supone que este debía ser el día más feliz de su vida, pero fue el más incómodo.
Como sea, dicen que pareja que se ejercita junta, permanece junta y no solo eso, cambian drásticamente su vida. Después de que William fuera diagnosticado con diabetes, los tórtolos sabían que era momento de cambiar a un estilo de vida saludable y fue la mejor decisión.
El par comenzó una nueva rutina: corren juntos, van al gimnasio, comen mejor, y han bajado un total de 90 kilos, Janice perdió 44 kilos y William 46…
Janice acepta que ambos son muy competitivos, y que aprovecharon la oportunidad para hacer de esto un reto:
Somos muy buenos amigos, así que desde siempre lo hemos hecho todo juntos. Ambos decidimos perder peso. Fue genial, lo tomamos como una competencia, siempre hemos sido muy competitivos.
Mientras recordaban viendo sus viejas fotografías de bodas, decidieron renovar sus votos, celebrando su aniversario de diez años y sus nuevos y delgados personajes. Este intercambio de votos iba a ser toda una nueva experiencia, enteramente diferente de la ceremonia original.
Cuando nos casamos la primera vez no lo disfrutamos. No nos quedaba la ropa, me sentía mal por como lucía en aquel tiempo. Cuando compré mi vestido, la segunda vez, fue genial, pues me pude probar las tallas chicas y prácticamente me quedaron todos los vestidos, así que elegí el más bonito. Lloré como nunca.
La diferencia es casi increíble, ambos son personas completamente cambiadas y con una confianza que irradia en sus despampanantes sonrisas.
Los amigos y familiares que acudieron a la ceremonia estaban igual de emocionados, y reconocen que son personas distintas, esbeltas y saludables.
Sin duda una gran historia de amor con doble final feliz…