Es obvio que los padres quieren lo mejor para sus pequeños, lo que quiere decir que incluso estarían dispuestos a quitarse el pan de la propia boca para que sus retoños estén felices y a salvo, pero la verdad es que hay de hijos a hijos y existen unos que son unos hijos de su… circunstancia y época, como descubriría un padre que tuvo que luchar para obligar a su hija a tomar las riendas de su propia vida y volverse independiente.
En España, un padre divorciado desde hace 18 años defendió, por segunda vez, su caso frente a las autoridades provinciales de Salamanca, a las que anteriormente les había pedido que lo liberaran de la responsabilidad de mantener a una hija que ni estudia ni trabaja ni lo quiere. La primera vez ocurrió en 2018, cuando su hija tenía 24 años y fue rechazado, pero ahora, con una hija casi treintañera, las cortes por fin le dieron libertad al señor de decirle: “A chambear, princesa”.
Ni estudia ni trabaja… y ya ni friega
Eso de los “ninis” se refiere a la gente joven que se encuentra en un momento de no productividad, pues no se están preparando para mejorar sus habilidades y sus actividades no producen nada que les permita autoabastecerse. Una de sus pequeñas, su hija de 29 años, había sido por largo tiempo completamente dependiente y recibía una pensión de unos 125 dólares mensuales, lo que la convertía en una nini modelo.
El hombre, que se dedica al oficio de escayolista, debía estar ganando unos 1800 dólares al mes y dedicaba alrededor del 14 por ciento de su salario para pagar la pensión de sus dos hijas de su antiguo matrimonio. Tras 13 años de apoyar de más a su hija, el padre intentó zafarse de la aprovechada, pero las autoridades se lo impidieron en 2018. Sin embargo, al presentar nuevamente su caso en 2023, la Corte recibió la petición con mejores ojos, viendo que “la pequeña” nomás no progresa.
La gota que derramó el vaso: Además de todo, ni siquiera lo quiere
Desde su primera petición en 2018, los argumentos del padre eran los mismos: su hija no solo se negaba a trabajar o a buscar ocupación, a pesar de tener un título como técnica de farmacia y parafarmacia, sino que también tenía un largo historial de malos tratos y majaderías hacia su padre, con quien llevaba una mala y lejana relación.
La audiencia que lo liberó de sus obligaciones consideró que el pésimo estado del vínculo entre padre e hija era imputable a la joven, haciendo referencia a su tiempo de convivencia en 2017, que obligó a su progenitor a irse de la casa, así como al modo en que la chica lo insultó y dijo que no tenían por qué ayudarlo. Además, cuando el señor felicitó a su hija por las fiestas decembrinas en 2021, ella le contestó grosera. Así se entiende como ni ganas dan de ayudar a la chamaca.
Finalmente, justicia… pero ella dice que no se vale
Después de cinco años de su primer intento por zafarse de ella, se le reconoce que la situación que mantenía con su desobligada hija, llegando a la conclusión de que la chica es dependiente de su padre debido a su falta de diligencia e interés por conseguir un empleo, pues no se ha demostrado que sufra alguna condición que le impida desenvolverse en el mundo laboral. De esa manera, finalmente, el hombre se libera del yugo que su hija mantuvo sobre él por 18 años.
Aun así, la mujer dijo que ella la necesita, pues sufre de un trastorno adaptativo mixto que le fue provocado por el divorcio de sus padres. Según dice, esa afección le provoca ansiedad, culpa, miedo a estar sola y pensamientos obsesivos. Aunque esa condición mental sí está verificada por un documento médico, no existe ningún documento evaluativo que indique que eso le impida trabajar, así que la muchacha tendrá que empezar a buscar en los clasificados.