Comer pizza es tan cotidiano que tal vez batallaríamos para recordar la primera vez que degustamos ese majar de la comida rápida y si lo hiciéramos, quizá el recuerdo no sería muy especial, pero para los alumnos de esta maestra, la experiencia resultó ser enriquecedora y, sin duda, inolvidable.
Karla Galindo Moreno (@karly.shey), una profesora de telesecundaria en el Mezquital, Durango, México, decidió regalarle a sus alumnos su primera pizza. A través de sus redes sociales, la maestra publica sus experiencias en su profesión y compartir ese platillo con los niños fue uno de los episodios más interesantes de sus peripecias como profesora de campo.
Un manjar cotidiano convertido en una experiencia única
Mis niños comen pizza por primera vez. Me traje la pizza desde Durango y luego me las ingenié, consiguiéndome un horno/cocedor de adobe, para recalentarla y que pudieran disfrutarla, así que metí la pizza ahí para calentarla toda. Hacer cosas así me hace feliz y complementa mi trabajo.
– Karla Galindo Moreno
La maestra Karla es foránea en su trabajo como profe de telesecundaria, por eso tuvo que transportar la pizza durante 12 horas antes de que le llegara a los chicos. Por supuesto, para entonces, la pizza que su papá le donó a los chavos ya estaba fría, por lo que tuvo que ingeniárselas para calentarla. Sin embargo, donde sobra voluntad no falta providencia y logró ofrecerles a todos una caliente rebanada de pizza.
Karla utiliza su cuenta de Tiktok para compartirle al mundo la situación de dificultades que se vive en las escuelas de la Sierra duranguense, en particular en las telesecundarias que se ven beneficiadas en gran parte por los gestos de generosidad de la gente que se preocupa por el bienestar de los niños.
Aunque hacer una fiesta de pizza parezca algo muy común y corriente, conocer aspectos de otras culturas siempre es enriquecedor y exponerse a ese tipo de experiencias es un paso hacia la comprensión de otros modos de vida, lo que termina ampliando sus horizontes, que, como la maestra Karla menciona, es avanzar más allá del deber en el camino de la educación, pues entiende que “dar más de lo estrictamente necesario” le ayudará a sus niños a crecer de la mejor forma posible.
Usualmente, a los chicos que estudian en estas circunstancias los apoyan más sus maestros, sacando dinero de sus salarios y recursos para ello, con el fin de darles detallitos como la pizza y que expandan sus horizontes.
Aun así, también están abiertos a recibir donaciones de la comunidad, como cuando han organizado convivios y recibido recursos en forma de víveres para mantener funcionales e incluso mejorar esos planteles educativos.