¿Qué es lo que determina si alguien es un genio? El potencial intelectual de los individuos se ha tratado de medir de muchos modos, pero uno de los métodos más aceptados actualmente es someterse a la prueba de coeficiente intelectual (IQ) de la Mensa (irónicamente una asociación internacional de superdotados), que consiste en 35 reactivos, consistentes en patrones visuales, que deben ser contestados en 25 minutos.
Así, tres niños, Yusuf Shah, Kevin Sweeney y Reiss Sanders, han conseguido que la Mensa los acepte como genios certificados (en el dos por ciento superior de los resultados posibles del examen) y todos ellos son oriundos del Reino Unido. Lo interesante es que tienen entre 10 y 11 años y sus resultados superan a los de Stephen Hawking (160) o a los que se cree que Albert Einstein hubiera tenido, que se suponen serían los mismos que Hawking.
Reiss Sanders, la maravilla de 10 años
Reiss Sanders, de 10 años, tuvo un ataque de nervios justo antes de tomar el examen para medir su IQ, por lo que su padrastro Stephen Sanders-Hall se aventó a tomarlo junto con él para que no se sintiera solo y hasta le dio su reloj de pulso para que no tuviera que ver el reloj de la pared para revisar sus tiempos. Sus papás creían que era muy listo por haber leído El señor de los anillos a los seis años y por tener un acercamiento único y creativo a la resolución de problemas.
Resulta que el chico, que iba en su indumentaria del equipo de futbol Arsenal y que cree ser algo bajito para su edad, obtuvo el máximo resultado para su edad, o sea, 162 puntos. Afortunadamente para Stephen, él también fue aceptado en la Mensa con un resultado de 142, así que ahora padre e hijo son parte del mismo club de genios, para orgullo de la mamá de Reiss, Rebecca, de 37 años.
Kevin Sweeney, brillante y con autismo
El joven británico de apenas 11 años, Kevin Sweeney, que disfruta enormemente de los rompecabezas, acertijos y quizzes fue diagnosticado dentro del espectro de autismo y fue capaz de memorizar la tabla periódica a los seis años. Además, aprendió a leer antes de empezar la primaria.
Su orgulloso padre, Eddie Sweeney, a sabiendas de que su condición le presentará obstáculos a futuro, está muy feliz de que los resultados hayan calificado a su hijo como un genio, pues eso le ha dado un gran estímulo emocional, que le ayudará a desarrollar su potencial. Cuando el pequeño recibió los resultados, su padre dice que Kevin empezó a dar vueltas corriendo por el jardín y agregó que significó más para él de lo que hubiera imaginado.
Yusuf Shah, dicen que su papá le gana
Este chico de 11 años oriundo de Leeds recibía siempre la adulación de sus compañeros, que suelen destacar lo inteligente que es, por lo que quiso hacer la prueba de IQ para comprobarlo. El chico obtuvo el máximo de 162, haciéndolo un genio certificado, pero ni así, su madre le da mucho crédito, diciéndole “estoy orgullosa de que seas un genio, pero tu padre es más inteligente que tú”. Por cierto, no se sabe que su papá se haya animado a tomar el test para comprobar esa afirmación, así que queda la duda en el aire, quizá hasta hay otro supergenio en esa familia.
Yusuf dice que su inquietud por probarse a sí mismo vino de su inducción a los cubos de Rubik en la casa de un amigo. El joven conoció ese pasatiempo en enero y al poco tiempo, ya dominaba puzzles similares de distintas dificultades con facilidad. Además, Yusuf dice que es un fanático de otros retos mentales como el sudoku.