Hay muchas razones para divorciarse: una infidelidad, desinterés, se apagó la chispa, las cosas en la cama ya no funcionan o incluso porque… ¿eres demasiado atento y cariñoso?
Las mujeres se quejan de que todos los hombres son iguales y que ya no hay románticos en este mundo. Pero cuando un varón quiere darle la mejor vida a su amada, tratarla bien, ser fiel y protector, tampoco se sienten satisfechas; al menos ese es el caso de una esposa en los Emiratos Árabes Unidos.
Una mujer, que permanece anónima, del emirato de Fuyaira se presentó a un tribunal para pedir una demanda de divorcio. Cuando le preguntaron los motivos por los que quiere separarse, ella dijo que se siente asfixiada con “el amor extremo y afecto” de su esposo.
La pareja tiene un año de matrimonio y para ella ha sido un infierno en vida. Su marido nunca discute con ella, ni le ha gritado y siempre la perdona por sus equivocaciones. La infeliz cónyuge dijo a los jueces que:
Anhelo ansiosamente un solo día de disputa, pero esto parece imposible con mi esposo romántico que siempre me perdona y me colma de regalos diarios.
El marido es tan gentil, amable y atento, que un día ella le hizo el comentario de que estaba subiendo de peso. ¿Qué hizo entonces este tipo? Se sometió a una dieta estricta y comenzó a ejercitarse tan fuerte que hasta se rompió una pierna; todo por complacer a su mujer.
Ella preferiría una vida normal de casados donde haya peleas y discusiones. Pero en lugar de eso, su esposo ayuda con las tareas domésticas ¡sin que ella se lo pida! Qué mandilón.
A este esposo solamente le quedó defenderse de las acusaciones diciendo que su matrimonio apenas está empezando y que es incorrecto juzgarlo por tan poco tiempo de casados:
No es justo juzgar un matrimonio desde el primer año, y todos aprenden de sus errores. Soy y siempre deseo ser un esposo perfecto y amable.
Obviamente el tribunal le negó el divorcio a esa mujer, le pidieron que retirara la demanda y le recomendaron que le diera un poco más de tiempo a su relación.
En serio que es imposible vivir sin ellas y también con ellas. No puedes ser indiferente con las mujeres porque te batean; ah, pero tampoco demasiado atento y protector, porque las molestas con tus sinceras muestras de amor.
¿Qué esperanza nos queda a los hombres románticos? De verdad que los caballerosos solo venimos a sufrir en un mundo de mujeres que nunca están felices.