El amor existe en muchas formas. Durante años te hemos mostrado casos de parejas que se llevan muchos años entre ellos, siendo uno de ellos apenas un chicuelo o chicuela, contrario a su pareja, quien ya tiene varios años en la tercera edad. Sin embargo, aunque parezca que hay un interés monetario de por medio, los matrimonios dicen haberse reunido por amor. Hoy te compartimos otra historia similar.
Lo modelo mendocina Elina Fernández Fantacci se casó a sus 29 años con un hombre de 73, Eduardo Costantini, uno de las personas más ricas en toda Argentina. La pareja ya lleva tres años junta y parece que su matrimonio va para largo, pues su amor surgió a primera vista y se cocinó para bien durante la pandemia de covid-19.
De acuerdo con una entrevista para Infobae, Elina conoció a Eduardo por casualidad. Ella había ido de compras, pero no paraba de llover, por lo que le fue imposible conseguir un taxi o un Uber que la llevara a casa, por lo que decidió sentarse en un bar a esperar que el aguacero se fuera. A los pocos minutos llegó Eduardo y ambos no dejaron de intercambiar miradas hasta que Elina pidió la cuenta para irse. El hombre se acercó a su mesa y comenzaron a charlar.
Según cuenta Elina, ella trató de escapar de la situación porque, a pesar de que le gustaba, “tenía miedo al amor”, así que le inventó un pretexto para poder zafarse, pero no lo logró y la charla de unos minutos se convirtió en una conversación de horas. Al siguiente día se hicieron pareja y solo nueves meses después, Eduardo le propuso matrimonio.
No podría estar nunca con una persona joven, de mi edad o de mediana edad, porque me gusta la gente grande. Son personas maduras, con experiencia, así que no me imaginaba casándome con alguien de 50 años, porque lo vería muy joven. Mis amigos son grandes. Toda mi vida fui así y Eduardo es perfecto.
—Elina Fernández
Elina había formado una gran carrera como modelo desde su adolescencia, su nombre era reconocido en las pasarelas de todo el mundo, por lo que cuando Eduardo le propuso cambiar su apellido a Costantini, ella lo pensó dos veces porque podría ser confuso, pero accedió a hacerlo. Según dice, “inmediatamente todos adoptaron el nombre, muy rápidamente”: Elina Costantini.
La modelo, quien se dedica a las pasarelas desde que tiene 16 años, no está interesada en el dinero, pues loo considera un transitorio para pagar los gastos y no lo siente como una atadura, aunque confiesa que se sabe administrar. Algunos podrían pensar que la modelo se casó por interés con el magnate argentino, pero ambos han demostrado que lo suyo es auténtico.
Me doy cuenta de que siempre estuve focalizada en alcanzar mis objetivos y sueños, pero nunca en hacer grandes cantidades de dinero. Hay gente que se propone ganar mucho, pero yo siempre estuve abocada a mi nombre y en ayudar a las personas que más lo necesitan.