Bueno, esto no se ve todos los días. Este 24 de octubre, un chino recibió un premio de la lotería que es equivalente a unos 30 0125 018 dólares, pero lo hizo disfrazado de botarga, y no, no se trata de que sea alguna clase de afición suya o que sea muy cotorro, sino que simplemente no quiere que su familia se entere de que ahora son millonarios, básicamente porque no desea que la fortuna “los estropee”.
El hombre oriundo de la región autónoma Guangxi Zhuang, a quien se llamó Li mientras usaba la botarga para proteger su identidad, no tiene mucha fe en su propia familia, pues cree que si se enteran de que ahora son millonarios, su actitud se volvería floja y descuidada. En su opinión, si su esposa supiera que ya tienen “el futuro asegurado”, dejaría de trabajar duro y su hijo podría dejar de estudiar con ahínco. Además, le parece que ambos podrían sentirse superiores a los demás. Vaya, no les tiene nadita de confianza.
Recibiendo el premio con una sonrisa
Aunque resulta imposible asegurarlo, seguramente dentro de la botarga del personaje caricaturizado, el rostro de Li también exhibía una amplia sonrisa al recibir el premio por más de treinta millones de dólares.
Quizá lo único que ensombrece un poco el momento es el hecho de que ha mantenido en absoluto secreto su tremenda suerte de todo el mundo. Emplear una botarga de caricatura se ha vuelto una práctica popular en China para proteger la identidad de los ganadores de loterías y otros sorteos, pero usualmente es solo para mantenerlos protegidos del público en general y no de sus propias familias… el nivel de confianza de este hombre por su esposa e hijo está francamente por los suelos.
Fidelidad épicamente recompensada
El hombre ganador dice que siempre ha sido un leal fan de la lotería y que ha comprado boletos constantemente durante más de una década, eligiendo los mismos siete números, en el mismo orden desde hace algunos años, considerando que “se veían bien” en los boletos. Probablemente, en cuanto supo que eran ganadores se vieron aún mejor. Li dice que antes no había ganado más que unos cuantos dólares y que compra los boletos por hobby.
Cuando se enteró de que había ganado, se lanzó a Nanning para pasar todo el fin de semana encerrado en el hotel, con el fin de no perder los boletos. El 24 de octubre, el hombre fue al Centro de Distribución de la Lotería del Bienestar Guangxi a recibir sus millones. En esta ocasión compró 40 boletos de lotería por 11 dólares: cada boleto tenía exactamente los mismos siete números y cada número de cada boleto coincidió con los ganadores del sorteo, lo que fue equivalente a unos 750 386.81 dólares por boleto. Nada mal como recompensa a su fidelidad.
Mal concepto de los suyos, amor por los demás
Ha de estar grueso el asunto de la confianza entre Li y su familia, siendo que no puede confiarle a los suyos información tan importante sin temor a que se corrompan o quizá simplemente es una cosa de más vale prevenir que lamentar porque ha sabido de casos similares de primera mano (cosa improbable). Lo único que se sabe a ciencia cierta es que antes de que su esposa e hijo disfruten del premio, la caridad ya está beneficiándose de una generosa tajada del pastel.
No solo no siente ningún resquemor por mantener el secreto de su familia, sino que además, Li hace uso del dinero como mejor le parece, sin consultarlo con los suyos. Incluso donó uno 685 000 dólares a la caridad, equivalentes casi a lo que ganó en uno de sus cuarenta boletos ganadores. Aún con la donación y el pago de los impuestos sobre sus ganancias (que ascienden a cinco millones ochocientos ochenta y ocho mil dólares, más o menos) se lleva a casa, sin que nadie más en la casa lo sepa, veintitrés millones cuatrocientos cuarenta y dos mil cuatrocientos un dólares.